¿Por qué dejan de lado la prevención urbana?

Los años pasan y pasan, las inundaciones llegan a través del llamado «invierno amazónico» y con él la consabida situación calamitosa que se presenta en los asentamientos humanos. Mas a ninguna autoridad parece interesarle tomar al «toro por las astas» para que la situación cambie a favor de los miles de moradores declarados como damnificados por las desbordadas aguas de los ríos de la selva. Todos los años es lo mismo.

 

Nunca parecen tomar interés en la formación de un plan regional urbano en el que se contemple la construcción de nuevas ciudadelas, las mismas que ofrezcan oportunidades de desarrollo a los moradores que por necesidad o necedad se ubican en los terrenos vulnerables de una certera y consabida inundación. Terrenos sobran al sur de Iquitos, especialmente los ubicados en el cordón de la carretera Iquitos-Nauta, para adquirirlos solo hace falta que los diversos sectores se sienten, coordinen y trabajen para un Iquitos renovado. Que cada sector haga lo suyo, incluyendo en lo mencionado principalmente al gobierno regional y la Municipalidad de Maynas, que son quienes más gastan dinero a la hora de solucionar el problema de los damnificados.

 

Hay que recordar que han existido intentos de cambio urbano en Iquitos, como el registrado en la época del ex alcalde Jorge Chávez Sibina (desgraciadamente no lo consolidó como debió ser), quien logró que una parte de moradores ubicados en zonas inundables, fueran a vivir en casas construidas por el terminal terrestre. Pero eso fue todo. No hubo una política de continuidad y sobre todo de autoridad absoluta para prohibir que nuevos pobladores se ubiquen en las zonas de donde habían retirado a los anteriores. Hoy los asentamientos humanos han crecido descomunalmente en las zonas sensibles, lo que ha generado un problema social preocupante.

 

Con la cantidad de recursos económicos que maneja el gobierno regional y la Municipalidad de Maynas, es hora que tomen acciones para un desarrollo ordenado de la provincia, otorgando -como se menciona- lotes de terreno en la zona sur de la ciudad para levantar sus viviendas, todo ello junto al otorgamiento de los servicios básicos que necesitan los seres humanos para vivir de manera digna. ¿Por qué no experimentan con una ciudadela que sea el nuevo Iquitos? El tema es un reto grande y por lo tanto debería ser asumido con entusiasmo y mucha dedicación por las autoridades de turno. Todo esto a fin que no se «boten» ingentes cantidades de dinero al «río» cada año que llegan las inundaciones. Además de todas las secuelas que quedan después de ellas, como el angustiante tema de la salud pública. Es hora de actuar en la magnífica oportunidad de construir un Iquitos mejorado, aunque no se sabe si a las autoridades actuales les interesa el tema o prefieran continuar con el mismo tema de declarar en emergencia cada año que llega la inundación y así poder manejar recursos económicos que no pasen por ningún filtro de fiscalización.