Por: Hernán Gonzales
Mientras tomaba un refresco en un céntrico restaurante de Iquitos, se me acercó un caballero y con voz muy amable me preguntó por sencillo para pagar su mototaxi. Notando su acento extranjero, le di cambio con la finalidad de poder ayudarle a salir del apuro. Este personaje de acento colombiano como forma de retribuir el favor que le brinde me acompañó con otro refresco iniciando una conversación muy ilustrativa de sus vivencias en el lado colombiano.
El colombiano me explicó sobre su preocupación por el eventual proceso de Paz al que se estarían inclinando las FARC. Me comentó que existen facciones de este grupo revolucionario que buscarían pasar la frontera peruana para el reclutamiento de indígenas peruanos para cubrir sus objetivos ilícitos. Preocupación que siempre tiene latente debido a que su madre pertenecía a la comunidad indígena colombiana de los Inga y vivió en carne propia todo el proceso de dominio de las FARC en su comunidad.
De sus vivencias como miembro de la Policía colombiana actualmente jubilado, nuestro visitante recalcó que las FARC siempre han utilizado a personas inocentes y no a sus militantes para el logro de sus objetivos. Recomienda que las autoridades peruanas protejan a las poblaciones vulnerables para que no sean utilizadas como un escudo por los miembros de las FARC.
Otra de sus preocupaciones, es el contexto similar al que vivieron los indígenas colombianos cuando fueron reclutados por miembros de las FARC. Actualmente las FARC están realizando similar proceso de reclutamiento de indígenas peruanos para realizar sus actividades criminales, principalmente relacionadas a la producción y transporte de droga.
Nuestro ilustre visitante, recalcó que la población indígena peruana desconoce la verdadera cara de las FARC, pero deben entender que las actividades fomentadas por las FARC están fuera del contexto legal. Las poblaciones indígenas tienen que entender que todo tipo de colaboración con actividades relacionadas con este grupo terrorista, están penadas por la Ley, cuyo castigo se paga con la pérdida de la libertad en una cárcel.
Esta plática me abrió los ojos y me hizo tomar conciencia que nuestros compatriotas indígenas desconocen las verdaderas actividades de las FARC, como los secuestros, asesinatos, actividades de tráfico ilícito de drogas, uso de niños para actividades terroristas, entre otras atrocidades. Este desconocimiento pone a las poblaciones indígenas en un punto vulnerable ante la intimidación de este grupo terrorista.
En este punto de la historia, permítanme enviar una advertencia y recomendación a las autoridades nativas y población en general:
En el principio, las FARC eran un grupo revolucionario con un punto de vista político. Ellos tenían razones para luchar en el campo político por sus creencias. Desde su noble nacimiento, hasta la actualidad las FARC han ido perdiendo su ideal político. Hoy en día, y durante los últimos diez años, las FARC se han transformado en una organización narco-terrorista convirtiéndose en una plaga para las inocentes comunidades nativas colombianas y para todo su país.
Comunidades indígenas peruanas no permitan que a través de intimidaciones o falsas promesas, las FARC busquen su colaboración para realizar actividades criminales que más adelante perjudicarán a su familia, a su comunidad y a su país.
