Piensas: Ama y haz lo que quieras

El amor es todo, pero que poco realmente conocemos las palabras que conjugamos y ni entendemos su significado. Mateo recuerda una de las frases que leía en las paredes de las aulas  del colegio donde se forjó: “Ama y haz lo que quieras”, mira el sol que va descendiendo mientras su sombra se refleja en el río que abraza los árboles que soportan la creciente, piensa que San Agustín describe en esas letras una forma de vivir en armonía y que permite al ser humano trascender.
Camina por el borde del puente sin dejar de mirar el ocaso, los colores que entona la naturaleza es mágico, las aves pasan dando sus cantos de bendición al ser humano automático y fuera de su esencia, algunos pobladores reman sus canoas, sin expresiones que maquillan sus ideas, sin poses para agradar o sorprender, sin ropa de marca que en la ciudad demuestra superioridad, reman mirando el cielo y disfrutando del aire con el que comparten el sentido de la vida. Mateo quisiera dejar su trabajo, la ciudad y todo lo que ha sido construido para mantener la desigualdad entre las personas, pero sabe que muchos dependen del él, no sería tan fácil desconectarse de un sistema que absorbe y vuelve infeliz a los mortales.
Su abuelo pasó varios años en la Isla del Tigre, donde comprendió el respeto a la naturaleza, y fue bendecido con amor que envuelve cada uno de sus valores con los que actúa y dio ejemplo, un hombre que creció con el dulce recuerdo de su amada madre, ni el dinero pudo corromper sus sacrificios, fue firme y correcto en sus labores, paciente y cariñoso, fue el ángel de Mateo desde que nació.
El sol ya desapareció en el horizonte y la noche llega con su energía meditadora, Mateo intenta comprender el significado de pasar los días buscando conquistar algo en el sistema materialista consumidor y mezquino esclavizador, dejando a un lado los momentos con las personas con las que venimos destinados a compartir este valle de lágrimas.
“Acaban de salir del Jardín, el abuelo maneja la moto, Mateo radiante le cuenta lo que aprendió en clases, un motocarro se acerca a gran velocidad, choca la parte trasera de la moto, los transeúntes gritan y corren a levantar del piso a Mateo que a pesar de las heridas y la sangre que lo asusta, se pone de pie solo y corre buscando a su abuelo, llora desesperado porque lo mira a lo lejos sin que se levante de la pista, llega y lo abraza, el tránsito ha sido detenido, algunos presentes ayudan a levantar la moto, mientras el abuelo de Mateo sonríe e intenta tranquilizarlo”. Mateo siempre tiene presente a su abuelo, se siente agradecido del gran amor que recibió y que lo impulsó a hacer las cosas que determinan su trabajo. Quisiera que todo fuese más justo y más equitativo en la vida con los que realmente necesitan, recuerda los casos de las personas con las que él comparte experiencias e intenta brindarles estrategias para emprender a vencer este juego de manipulaciones que determinan la pobreza y la riqueza, madres que no tienen dinero para el calcio que sus huesos necesitan y tienen que seguir trabajando, ancianos con dolores que no pueden detener porque no les alcanza las monedas para comprar un poco de paz, niños que se autobajan la autoestima al compararse con otros porque se dan cuenta  no pueden tener lo que miran como normal, familias en crisis por el dinero que da salud, educación y “prosperidad” ¿espiritual? y ¿natural?
El tiempo pasa y olvidamos nuestra esencia, nos volvemos fríos y calculadores, soñamos para imponer y no para compartir, acumulamos para darnos seguridad y no somos capaces de abrir el camino a otros. Criticamos como si nuestra lucha fuera única y nuestra lección mejor que la de los demás, y caemos en el pecado de nuestras propias creencias impuestas inconscientemente y nuestras frustraciones solapadas, que solo sacian el ego y aleja la gloria que te da el verdadero amor, que no juzga, no lastima, no miente, no manipula, solo fluye transformando. Mateo camina hacia su auto, mira nuevamente la naturaleza, y maneja alejándose de aquel pedazo de paraíso, retornando a la ciudad.