Parlamento Andino y Amazónico

Estamos viviendo un proceso electoral que además del objetivo de elegir al nuevo presidente (a) de la República, se votará por los nuevos inquilinos del Congreso de la República, y también a los nuevos representantes del Parlamento Andino. Aquí cabe la pregunta y qué del Parlamento Amazónico, que parece relegado a un perfil bajo en la vida socio política electoral del país y de las naciones que la integran, siendo casi los mismos países que integran el Parlamento Andino.
Veamos. El Parlamento Andino lo integran Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Chile que se unió el 2015 (Venezuela se retiró en rechazo a la firma del Tratado de Libre Comercio que firmaron Perú y Colombia) y representa a 120 millones de habitantes de dicha comunidad. El Parlamento Amazónico lo integran Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam y Venezuela, y representa a 330 millones de habitantes.
El Parlamento Andino es el órgano deliberante y de control de la Comunidad Andina. Fue creado el 25 de octubre de 1979.  Entró en vigencia en enero de 1984. Tiene su sede en Bogotá, Colombia. En tanto el Parlamento Amazónico se fundó por iniciativa del Congreso de la República del Perú, en la ciudad de Lima, los días 17 y 18 de abril de 1989. Ambas comunidades andinas y amazónicas tienen como objetivo inicial promocionar y orientar los procesos de integración supranacionales.
Tanto el Parlamento Andino como el Amazónico pueden hacer llegar recomendaciones, iniciativas que los gobiernos de los respectivos países en su calidad de Estados son los últimos en acoger o no las decisiones como cualquier recomendación en su sentido corriente dentro del derecho internacional. Y nuevamente nos preguntamos la razón por la que en las elecciones generales en nuestro país elegimos a los candidatos para el Parlamento Andino, y no al Amazónico, que queda ninguneado en la práctica.
Seguro muchos dirán, y de qué sirve. Más parecen cargos decorativos que implican un gasto oneroso al país. Pero, podría reorientarse y darle el peso jurídico y político que necesitan en el cumplimiento de sus objetivos. Así, este 10 de abril (de no reprogramarse la elecciones generales) estaremos votando para elegir a 5 titulares y 2 suplentes para el Parlamento Andino, quienes recibirán un sueldo del Estado y gozarán su respectiva inmunidad parlamentaria. El Parlamento Amazónico aquí no pinta. Debería, por supuesto que sí, por el principio de la seguridad internacional de la Amazonía.
Existen más razones como la lucha contra el calentamiento global, la contaminación ambiental, la deforestación, la quema de los bosques y la pobreza que afecta a las comunidades nativas de la región amazónica. Para afrontar estos problemas comunes, necesitamos una comunidad amazónica democráticamente organizada y fortalecida. Quizás necesitemos de un solo Parlamento Andino Amazónico que interactúen, como lo hacen en la vida cotidiana. Reformular la propuesta, simplificaría iniciativas en beneficio de ambas comunidades.