Palabra de honor

Desde que se inició el nuevo gobierno central está por cumplirse un año y el escenario nacional está alborotado por la postura del presidente de la República Pedro Pablo Kuczynski, elegido por la mayoría de peruanos con un margen apretado, pero mayoría que el sistema democrático establece y se tiene que respetar.
Estando así las reglas de juego validadas a través de las leyes que rigen nuestro país. Pero, lo que está sucediendo en el país se veía venir desde el momento en que la lideresa de Fuerza Popular, Keiko Fujimori, se resistió a aceptar su derrota evidenciada en diversas actitudes.
Y lo que a muchos le dio mala espina, era que en el Congreso de la República, cual caprichos de aula escolar, se vitoreaba “Keiko presidenta”, de qué? De su partido político. Pero tras su renuncia la congresista Patricia Donayre demostró que el reglamento de su bancada tiene como presidenta a su lideresa.
Para todos los peruanos está claro que la resistencia a aceptar la presidencia de Kuczynski, persiste. Las obstrucciones y presiones en la gestión en el Congreso de la República son una lectura que esto está sucediendo. Siendo el principal y personal objetivo de Keiko Fujimori, la excarcelación de su padre.
Es decir, los intereses nacionales se han reducido a una exigencia familiar que tiene medio desubicado a nuestro mandatario, que al margen de los errores y aciertos de su gobierno, nadie, ni él puede debilitar la investidura de la primera autoridad política del país para ceder a los caprichos de un pedido que linda en la inmadurez política.
Si algo más tenemos que reconocer en el gobierno nacional de Ollanta Humala, es que se mantuvo firme y claro en lo que represente el deseo de su familia y lo que es su función como mandatario respetando a la decisión de la administración de justicia del país, y no se vio tentado a presionar para lograr la liberación de su hermano encarcelado.
Esto al margen de la investigación a la que está sometido Humala por irregularidades en su gestión y que hoy será crucial porque se decidirá si él y su esposa obtengan mandato de detención preventiva.
Es lamentable que por la irresponsabilidad de una lideresa política y por la permisibilidad de un presidente de la República, el país se muestre decepcionado. Sin embargo, podemos enmendarle la plana a Kuczynski y recordarle que nos representa a todos los peruanos y nosotros como ciudadanía responsable darle un voto de apoyo moral a la tarea que tiene de gobernar el país con transparencia y honestidad. Fue su palabra de honor.