Niños abandonados por sus padres fueron llevados a un albergue

  • Tras estar cerca de un mes y medio en su precaria viviendaFoto niños 1

Por fin estarán en buenas  manos. Los tres hermanitos que fueron rescatados el último lunes en horas de la tarde de su precaria vivienda, fueron finalmente llevados a un albergue tras encontrarse en estado de abandono moral y material por parte de sus progenitores.
Las dos mujercitas de 10 y 8 años y el varoncito de 2 añitos, estuvieron horas antes en la oficina de violencia familiar de la comisaría de Punchana a cargo del brigadier PNP José Cardoza García, jefe de esta sección, quienes juntos a las sub oficiales brindaron toda la atención necesaria a los menores. Les atendieron con cama y comida hasta que el representante del ministerio público diera a conocer al juez de familia sobre este caso, quien finalmente ordenó el traslado de los niños a un albergue de la ciudad.
Durante las horas que estuvieron los hermanitos en la dependencia policial, se les pudo notar con un semblante nuevo y alegre, las tristezas y los malos momentos que les tocó pasar habían quedado atrás  y lo único que querían era estar en su nuevo hogar.
Por su parte, la vecina quien dio aviso a las autoridades del estado en el que se encontraban los niños, dijo que la madre ni el padre aún no aparecen y se nota que poco o nada les interesa sus hijos. Hasta el cierre de edición nadie reclamó por los menores.
Los hermanos fueron trasladados a un albergue ayer al promediar la una de la tarde a bordo del patrullero de la comisaría de Punchana. Durante el traslado la mayor de los niños dijo sentirse bien y señaló que no quisiera volver con su madre porque eran agredidos casi siempre por su progenitora, quien además tiene otro hijo de dos meses de nacido con otro compromiso.
Sin lugar a dudas esta historia tuvo un final feliz, nunca más estos hermanitos estarán desamparados,  ahora sí podrán comer a su hora, estudiar y tener una educación acorde a las circunstancias, nunca más estarán hundidos en la miseria y la inmundicia por culpa de unos padres que no quisieron atenderlos como debe ser, porque finalmente ellos no tenían culpa alguna de lo que estaban pasando.  (C. Ampuero)