Motocarrista aún no descansa en paz

– Tras 7 meses de su fallecimiento, esposa y sus tres menores  hijos claman por justicia FOTO familiares

Una muerte no tiene precio. Pero al parecer los propietarios de la empresa de transporte público  «Trans San Juan» piensa que la vida es un negocio. El alma de Alexander Celis Flores, quien fue atropellado el pasado 20 de febrero de este año por un colectivo de la mencionada empresa por inmediaciones de la calle Calvo de Araujo con Alzamora,  y tras 24 horas de agonía falleció al día siguiente, y aún no puede descansar en paz. El chofer quien provocó la muerte de este padre de familia que dejó en la orfandad a tres menores hijos, hasta el momento no se hace responsable de esta muerte. Sin embargo, el propietario de la empresa luego de ser denunciado por la esposa del fallecido padre de familia, Beatriz Grández Arbildo (30), ante la 6ta. FPPCM planteó que la indemnización por la muerte de su esposo sería de 50 mil soles, pero por un acuerdo entre ambas partes quedaron en   desembolsar  la suma de 25 mil soles; sin embargo,   cuando se llevó la audiencia del caso, los responsables del accidente se echaron para atrás y decidieron  dar a la pareja del motocarrista la suma de 6 mil soles en dos partes, situación que cayó por sorpresa a la mujer, «no es posible que me hagan esto, luego de haber llegado a un acuerdo con estos señores,  que vengan solo a querer darme una miseria, no es justo.  Como si la muerte de mi esposo tuviera precio, no tengo dinero con qué mantener a mis tres menores hijos, él era el sostén de mi familia, exijo justicia, no lo hago por el dinero, sino por mis niños», sostuvo entre lágrimas Grández Arbildo. Según el récord de infracción del chofer en cuestión, señala que tiene 4 papeletas muy graves y dos graves. A pesar él está libre y sigue manejando su colectivo como si nada hubiera pasa. Los familiares del difunto claman por justica y que todo el esposo de la ley caiga sobre él y que esta muerte no quede impune para que así Alexander Celis pueda descansar en paz.  (C. Ampuero)