Más palabras

La política peruana tiene muchas características y una de las más graficadas son las palabras, por no decir “palabreos”, cuando lo que más se necesita son respuestas concretas y compromisos serios. Por lo que el resultado de la reunión entre el presidente de la República Pedro Pablo Kuczynski y la lideresa de Fuerza Popular Keiko Fujimori, se resume para nosotros en “más palabras”.
Este diálogo ha tenido un tufillo de algo de contranatura. Es que al término del mismo, la que declaró como dando anuncios de áreas que no le competían, ha sido Fujimori. “Me retiro con una actitud optimista de que el Poder Ejecutivo pueda tomar las acciones que todos los peruanos estamos esperando”.
Se entiende que como el Ejecutivo “no acciona”, luego de esta reunión deberá hacerlo. Lo que sigue sonando a majadería en desmedro de la envestidura presidencial. Cuando fue el presidente que debió anunciar un trabajo de apertura a los objetivos nacionales por parte del Congreso de la República, que como se percibe, tiene una decisiva influencia la lideresa de FP y la sensación de desestabilizar la gestión del gobierno es más que evidente.
Qué estaría pasando? A qué estaría jugando el mandatario? Cuál sería su estrategia para destrabar y librarse del acorralamiento que hace el Fujimorismo desde el poder que manejan en el Parlamento Nacional. Cuidado que nos estarían conduciendo a una especie cogobierno solapado.
“Hemos pedido que los ministros estén en las regiones para la reconstrucción y que se hagan cambios en Sunat, Indecopi, Sunafil”, así se expresó y quedó constancia en medios como en el diario La República que lo transcribió. Entonces miremos si esto no se inclina a un anunció que debió salir del presidente de la República, y no permitir que le falten el respeto de esta forma, que al final sentimos que lo hacen a cada uno de los peruanos que respetamos las normas de un sistema democrático.
Hasta dónde quiere llegar la lideresa de Fuerza Popular? Sus más acérrimos opositores tienen la respuesta, sí claro, hasta el Sillón de Pizarro ubicado en Palacio de Gobierno. Pero, pensamos que el camino escogido es el más errado, porque no la legitima y más bien la coloca en un contexto de usurpación de poder en la práctica, y ni siquiera en el hecho formal. Fujimori, sin duda, juega con un arma de doble filo, quizá pensando que de otra forma ya no podría detentar el más alto cargo político del país.
Y kuczynski nos muestra un juego extraño, sin querer hacer sentir con firmeza el sitial que los peruanos, le otorgamos en un proceso democrático eleccionario muy reñido. Esperamos que el presidente no se equivoque por la estabilidad del país y como ha dicho, “esta reunión tendrá frutos en el futuro no muy distante”.