Más del tránsito fluvial

Además de que se difunda el reglamento de transporte fluvial, se tienen que activar inspecciones permanentes, sobre todo en esta época de vaciante cuando las playas son muy concurridas por familias enteras, grupos de amigos, visitantes nacionales y extranjeros, y es cuando muchos botes “peque peques” se vuelcan a brindar el servicio de transporte de una orilla a otra, y también en tramos más extensos.
Aquí hay varios aspectos que abordar y volvemos a tocar el tema porque se trata de vidas humanas inocentes que vienen pereciendo, primero por la falta del cumplimiento de una reglamentación que existe, pero no se exige su cumplimiento de la forma debida. Eso es lo que se observa.
Y en la parte de las responsabilidades, se conoce que Capitanía de Puerto es la que regula el tránsito fluvial y quienes tienen que delimitar la zona de bañistas son las municipalidades, en este caso las cuatro comunas que son San Juan, Belén, Maynas y Punchana. Deben tener un plan de playas, pero no se hizo público hasta el momento, o tal vez están coordinando todavía internamente.
Respecto a Capitanía de Puerto, es importante que controlen a los deslizadores sobre las mínimas velocidades en determinados sectores del transporte por los ríos, vemos que muchos se creen los dueños de las rutas fluviales y así vean una frágil canoa, nada les importa, y no bajan la velocidad. También cómo se va regular el tema de los motos acuáticas. Necesitamos acción rápida en el aspecto de prevención.
Otro de los aspectos preocupantes, aparte del evidente incumplimiento de la reglamentación fluvial, es que los mismos pasajeros se niegan a usar los chalecos salvavidas. Es lamentable que mucha gente se niegue a cumplir con una obligación de seguridad en la navegación. Y en estos casos tiene que cumplirse también con el reglamento y si no existe que se instaure, pasajero que se niega a ponerse el chaleco, no debería ser transportado.
Una experiencia nos pasó cuando íbamos a zarpar a la zona del Bajo Amazonas en un potente deslizador. Estábamos todos los pasajeros sentados y el motorista se percató que varios estaban sin el chaleco salvavidas. Fue cuando con firmeza dijo que no vamos a partir, si todos los pasajeros no llevan puestos sus chalecos, y quien no se coloca se baja. “Es por la seguridad de todos, señores”, dijo tajante. Eso nos falta rigidez.