Más candidatos.

Pese a que hace casi un mes el ámbito  político estuvo casi huérfana en cuanto a nuevos nombres en  la vitrina política, en procura de una opción ya sea para presidente regional o alcalde de Maynas, en los predios partidarios parece que para animar aún más  el proceso se estarían animando a presentar algunos «out siders» que serán la noticia casi a fines del cierre de inscripciones.

Pero no se crea que la posible participación de más candidatos alteraría las inquietudes de los tempranamente inscritos en la ONPE, antes bien  cada candidato podrá hacer variantes en la estructura de su movimiento o partido procurando una rotunda victoria.

No hay que anatemizar la posible presencia   en la línea de partida, de personajes cuajados en estas lides y que ya llevan mucho terreno sembrado, siendo su expectativa la cosecha final, pero allí es donde muchas veces se dan defecciones que constituyen sorpresas, llegado al extremo de elegir al que menos se pensó, pero que con su  discurso final, hizo que el ciudadano  cambie las expectativas centradas en los conocidos, al optar por el candidato sorpresa.

Debe tenerse en cuenta  que en todo proceso abundan los rostros conocidos, unos que ya bebieron la virtuosidad del vino generoso del triunfo y procuran seguir libando el mismo líquido por un período  más, y otros que pese a fracasos que por rotundos que fueran no se amilanan  volviendo  a  la carga, la mayoría de las veces con el propósito  de lograr algo que negociar con los triunfadores que si bien ganaron, están huérfanos de una fuerza avasallante en el transcurso de su mandato y recurren a las alianzas que conceden privilegios; y quien sale perdiendo es el pueblo elector.

Aquí repetimos lo que antes expresamos en esta misma columna, podría decirse que existen tres tipos de candidatos para el próximo proceso electoral, aquellos que tienen de por sí la suficiente fuerza electoral pero  que no desdeñan una ayudita traducida en votos. Los que van en alianzas y los que se inscriben  a la espera del pedido de apoyo de algún  avisado candidato.

Tales características  serían las que desanimaron a un virtual triunfador,  a aceptar    ser candidato, pues él tiene un sentimiento concreto de lo que es una competencia política y al parecer quiere convencerse que todo se desarrollará dentro de los cánones legales que deben regir en elecciones de tanta trascendencia para aceptar.