Lenguaje cultural

editorialEl transitar por los países latinos de forma presencial o por los canales que permite actualmente la comunicación virtual, nos permite darnos cuenta de los lazos profundos históricamente y de idioma que nos une, pero que increíblemente hasta la actualidad no se ha dado esa unión latinoamericana o de hispanohablantes, a través de políticas de desarrollo que permita conocernos y realizar intercambios con natural facilidad.

A las fronteras físicas que trazan y limitan las relaciones se tendría que buscar alternativas para ese intercambio que el concepto de globalización ya nos ha puesto en aviso. Y de esa forma estaríamos comprendiendo mejor desde la ciudadanía mayoritaria nuestra comprensión del mundo. El salir, el interactuar, intercambiar experiencias y estar físicamente en muchos lugares, contribuirá a esos entenderes básicos para un mejor presente y futuro.

Uno de nuestros primeros aliados para la interacción es el lenguaje cultural. Ese mismo que se fue esbozando desde la llegada de los colonizadores españoles a nuestras tierras, empezando por el mar Caribe. Así transitar por esas tierras siendo una de ellas Cuba, específicamente en La Habana, podemos recordar en la historia que muchos personajes nos son comunes, que estuvieron por aquí y se asentaron por allá. Uno de ellos Ernesto “Che” Guevara, que tuvo una presencia en el leprosorio de San Pablo, distrito de Pevas, en el río Amazonas.

Entonces, nuestros lazos históricos sumados a los culturales, nos recuerdan que tenemos muchas más razones para buscar esa integración, esos lazos culturales que permiten que nos comuniquemos, y que podría ser mejor. Una comunicación a través de riquezas lingüísticas, dialectos indígenas, extranjerismos, modismos y otros fenómenos del habla, y que incluso permiten cada día el surgimiento de nuevos términos locales, de cada país latino.

Así, encontrarte en un mismo espacio para debatir temas comunes entre gentes de diferentes países latinoamericanos y mejor aún en temas de las ciencias de la comunicación vinculada a la tecnología digital y todo lo que nos viene replanteando y también complicando, nos ayuda a tener una visión continental de las tendencias y lo que desde los medios podemos hacer para contribuir a esa soñada integración latinoamericana.

Nada fácil, pero tampoco imposible por la diversidad existente, al mismo tiempo. Y es que como bromean los cubanos al decir “donde hay dos cubanos, hay tres que piensan de distinta manera”, se podría acuñar a decir que donde hay equis países latinoamericanos, hay equis, equis, que tienen distintas posiciones. Esperamos que los hechos no nos encuentren desprevenidos, frente a los acelerados cambios mundiales.