La personalidad: Su influencia en nuestras vidas

Por: Pedro Nicanor Azabache de la Cruz

Reza un pensamiento de la época de la roma conquistadora «Conocimiento es Poder», y efectivamente,  una sociedad carente de conocimientos, siempre será una sociedad frágil en todos los campos básicos de la existencia del ser humano.
Elementos para fortalecer una sociedad, existen en todos los quehaceres del conocimiento, sin embargo, ellos giran sobre la persona humana, pilar fundamental de la familia, la sociedad, región o país.
Del comportamiento, valores o actitudes de la persona, dependerá mucho la presencia de una sociedad en los aspectos culturales, económicos, técnicos y científicos, y consecuentemente la calificación de sus integrantes.
En el presente caso, solo me voy a referir a uno de los elementos  que inciden sobremanera en la persona y por ende en la sociedad, me estoy refiriendo a la PERSONALIDAD  como uno de los elementos de la inteligencia emocional.
Cómo se define la personalidad? Según Allport.
Ø    Es la organización dinámica dentro del individuo, de los sistemas psicofísicos que determinan sus ajustes  especiales al ambiente.
Ø    Es la suma de las formas en que el individuo se  relaciona  e interactúa con los demás.
A esta definición agrega, que los factores que determinan la personalidad, son  la HERENCIA (Lo genético – fija límites externos.), AMBIENTE, (Infancia, Familia, Cultura y Grupos de pertenencia, materializa el potencial del individuo), SITUACIÓN, (Despierta aspectos diversos difícil de sistematizar y predecir, acontece, es «muy importante») y en cuanto a las dimensiones de la personalidad, considera la EXTROVERSIÓN, CONFORMIDAD, ESCRUPULOSIDAD, ESTABILIDAD EMOCIONAL y la APERTURA A LA EXPERIENCIA.
Como es fácil apreciar, la personalidad expresada en el comportamiento de los individuos, marcará los destinos de la familia, la sociedad, las regiones y los países, así podemos deducir fácilmente que los resultados que a diario vemos en los medios de comunicación, que a todas luces son desalentadores, tienen un origen y o causa muy precisa, el comportamiento humano – la personalidad.
En este sentido, podemos afirmar que la preeminencia de los valores como uno de los objetivos básicos de la educación para afiatar la personalidad, juega papel importantísimo, si tenemos en cuenta que ésta es un complejo proceso que se inicia con la vida y donde intervienen muchos factores; la FAMILIA, agente socializador primario por excelencia, cuya labor educativa es indiscutible ya que conforma, desde los primeros años de vida, características esenciales en la personalidad del individuo.
Diversas instituciones formales y no formales como la escuela, organizaciones políticas y de masas, grupos etáreos, medios de difusión masiva, entre otros, constituyen los agentes de socialización secundarios, no menos importantes.
Y qué motiva a que la persona de nuestra sociedad en las épocas actuales, esté inmersa en estos desajustes de la personalidad, para vivir abrumados de efectos negativos en la mayoría de los campos del quehacer humano?
Para darnos una explicación especializada, citemos lo que escribe Augusto CURY, en su texto «Padres brillantes, maestros fascinantes», cuando se refiere al Síndrome del Pensamiento Acelerado, «la televisión muestra más de sesenta personajes por hora con las características más variadas de personalidad. Policías irreverentes, ladrones intrépidos, personas divertidas. Esas imágenes quedan registradas en la memoria y compiten con la imagen de padres y maestros. Los resultados inconscientes de eso son graves. Los educadores pierden la capacidad de influir en el mundo síquico de los jóvenes. Sus gestos y palabras no tienen impacto emocional y, en consecuencia, no merecen un registro privilegiado capaz de producir millares de otras emociones y pensamientos que estimulen el desarrollo de la inteligencia. Frecuentemente los educadores necesitan gritar para obtener un mínimo de atención.
La mayor consecuencia de exceso de estímulos de la televisión, es que contribuye a generar el Síndrome del Pensamiento Acelerado, esto es, un aumento constante de la velocidad de los pensamientos, lo que ocasiona una disminución de la concentración y un aumento de la ansiedad, que finalmente lo viven nuestros jóvenes.
Honestamente, considero que nadie en su sano juicio podrá negar que estos desajustes se viven a diario y de manera concreta en nuestra región y especialmente en nuestro querido Iquitos, y si no rememoremos el singular acto de protesta por la «libertad de prensa», en la que uno de los objetivos principales, era  apoyar a un comunicador social, que con toda irreverencia y abierto abuso, se había dirigido y maltratado a personas de uno de los estamentos gubernamentales de la región, incluyendo a su autoridad representativa de máximo nivel.
A estos singulares hechos, nos preguntamos, ¿y en dónde quedó nuestra personalidad?, somos presa fácil del SPA?
Para concluir y acorazarnos contra estos hechos, permítanme citar el siguiente pensamiento. «Aquel que conquista a otros es fuerte; aquel que se conquista a sí mismo es poderoso», Lao-Tse
Que este pequeño comentario, nos lleve a la reflexión y de manera especial a los padres, profesores, padres – profesores, comunicadores sociales, autoridades y en especial, nosotros mismos, analicemos nuestra «Personalidad», porque de ello depende nuestro actuar.