La hermana Guadalupe simboliza el sacrificio por el desarrollo de pueblos del Putumayo

– Llegó cuando en El Estrecho había pocos moradores.
– Llegó a la zona hace 46 años con la clara idea de servir a Dios en la complicada y hermosa selva, a la vez.
– Es parte de la Congregación Misionera Parroquial del Niño Jesús de Praga.
– Con la federación indígena cocama de la zona lograron la titulación de 42 comunidades.
– “Buscamos la titulación porque los patrones todavía abusaban mucho de ellos, les hacían trabajar y no les pagaban”, recuerda la religiosa.FOTO guadalupe 5 Leyenda Nueva Iglesia. FOTO guadalupe 4 Leyenda Antigua Iglesia. FOTO guadalupe 3 Leyenda Hna. Lupe mostrando la Iglesia donde es Párroca. FOTO guadalupe 2 Leyenda El trabajo con los indígenas es satisfactorio.

Fue a finales de la década del sesenta, un 27 de febrero de 1968, cuando la Hna. María Guadalupe Filiberto Lavado, llegó al pueblo de El Estrecho, junto a otras religiosas entre ellas la madre superiora y se instalaron para trabajar llevando el mensaje cristiano desde la Congregación Misionera Parroquial del Niño Jesús de Praga.
La Hna. Lupe como es conocida cariñosamente por los fieles católicos y otros amigos de la zona, fue nombrada Párroca, nos dice en el año 2005, y está al frente de la Iglesia Matríz de la localidad de El Estrecho, ahora capital de la provincia de El Putumayo, que por cierto ella también estuvo participando en esta gestión y actualmente vienen gestionando la presencia de instituciones como un Juzgado de Paz Permanente en la zona dada la actual realidad geopolítica del lugar, solicitud que fue bien recibida por la Corte de Loreto.
Volviendo a la experiencia de vida cristiana de la Hna. Lupe, con ella retrocedemos los años y nos relata hechos que han ido de la mano con la creencia en Dios y en la Virgen de Guadalupe. Y nos hace pensar que hace unos días estuvimos expectantes del último recorrido en procesión del Señor de Los Milagros y nos preguntábamos, cuánto de esas plegarias podemos los creyentes transformarlo en solidaridad, tolerancia, comprensión, etc, y cuánta buena acción posible. ¿?
La Hna. Guadalupe, no por ser religiosa, sino porque su corazón lo dicta así, cultiva valores cristianos. Y nos contó que se congregó hace más de 58 años con el nombre religioso de María Guadalupe del Buen Pastor, aunque en su DNI aparece como Juana Filiberto Lavado, por cuestiones de trámites civiles.

¿Cómo es que llega a este lugar fronterizo del Perú con Colombia?
“Desde que escuché el llamado de Dios en la vocación misionera yo quería ir al África, quería ser misionera en la selva, pero mi congregación no tenía misión en la selva, entonces esperaba en silencio, a nadie le contaba nada, tampoco de que yo quería mucho a la Virgen Guadalupe, pero sí es milagrosamente que Dios ha permitido que después de diez años recién vine acá, a la selva”.
Si bien no fue la del África, sino, de nuestro país, entendemos que se tuvo que contentar, aunque a estas alturas de la vida se muestra feliz por lo aprendido y logrado en bien de la comunidad católica y no católica.
Nos siguió contando que estuvo en Huaraz ocho años en la preparación de los seminaristas, “por eso tengo experiencia para preparar jóvenes para el sacerdocio, aspirantes. De ahí trabajé en Lima en la Parroquia de La Victoria dos años, después trabajé en La Campiña de profesora de primer grado y de inicial.
Ese año 1968, sí, el 27 de febrero llegó a El Estrecho con tres hermanas, la hermana superiora, entonces, se hace realidad mis sueños que tenía desde cuando yo escuché el llamado del Señor para ser misionera, pero soy bien devota de la Virgen y también de Dios.
A pesar que había tantas dificultades para poder estudiar, sin embargo he seguido estudiando, y desde El Estrecho seguía estudiando. Formamos Fondec y pusimos un colegio de inicial, por primera vez acá en El Estrecho se puso ese nivel educativo para los pequeñitos de 3 y 4 añitos. He estado como profesora de inicial dos años, después seguía ad honoren en el internado.
Después comencé a trabajar con los nativos enseñándoles a leer y a escribir, a coser, hacer dulces, cocinar, a bordar y muchas cosas que sirven para la vida diaria. También en la enseñanza de la Biblia que lo llevábamos de casa en casa en letras grandes. Eran pocas casas y formamos grupos de aprendizaje.
Con ellos hemos formado Feconaproco, después hemos hecho reconocer 42 comunidades indígenas de la cuenca del Putumayo, para que no sean nómadas, porque los patrones si no abusaban mucho todavía de ellos, les hacían trabajar y no les pagaban y la gente sufría mucho. Para el reconocimiento ayudó el Padre Iván que tenía su máquina para medir y hacer mapas, entonces hicimos reconocer a comunidades nativas. Ahora seguimos trabajando con ellos y siete comunidades más han sido reconocidas en estos últimos años, es un poco difícil.
Para titular a las 42 comunidades tuvimos que apelar a Aidesep de Lima. Les mostramos dónde quedan y cómo sufren nuestros hermanos. Les decíamos aquí estamos, en esta línea de frontera y sufrimos mucho por la explotación y marginación, todo nomás”.
La Hna. Lupe, también dijo con satisfacción que ahora el internado es mixto. “Tenemos a 360 niños, ya desde 1987 era la primera directora del internado Angélica del Niño Jesús. Luego también luchamos bastante para que haya el colegio por la noche para que estudien los mayores que no pudieron estudiar de niños, también logramos esa modalidad de nocturna.
Luego luchamos también por el Tecnológico y lo logramos después de tres años y después nos iban a quitar y mandar a Tamshiyacu, y tuvimos que volver a luchar para que no nos quiten, y por todos los pueblos hicimos propaganda para que aumenten más alumnos para que estudien Enfermería y Agropecuaria, pero quisiéramos también que aumente la carrera de Mecánica, porque estuvimos conversando con el director y mucha gente necesita arreglar máquinas y no hay dónde mandar a refaccionar.
Después en el 2005 cuando me nombraron Párroca porque no habían sacerdotes, tenían mucho miedo de venir a esta zona, entonces como ya conocía muchos años, me nombraron y empezamos a luchar para que respeten el Putumayo y empezamos a luchar por la creación de la UGEL, luchamos cinco años, pero queremos que no sean coimeros, abusivos con las profesoras que buscan contratos, que sean sanos, que sean respetuosos a la dignidad de la persona humana; a los profesores, que sean como Dios quiere, hay que enseñar con el ejemplo a los niños y a los jóvenes.
Nosotras en nuestro recorrido por los pueblos damos enseñanza integral a los jóvenes, somos seis y cada uno tiene su tarea que tiene que hacer, yo brindo la parte humana, disciplinaria, sobre leyes”.
La Hna. Lupe, con su mirada, expresiones y emociones transmite su convencimiento de que la gracia de Dios está en toda la humanidad. “Dios vive, está a nuestro lado y es quien da vida a la naturaleza y todos por la gracia de Dios que nos ha dado nuestra huerta, nuestra despensa con lo que produce la naturaleza que hay que valorar y respetar, y a seguir sembrando, no depredarlo, sembrar árboles buenos, frutas, sacha inchi que es alimenticio.
Ahora estamos sembrando también cacao, arroz y maíz, y como siempre papaya, plátano. Pero las gentes cuando empiezan a trabajar en las empresas, están haciendo carretera, calles empistadas. Pero eso no quiere decir que dejen de sembrar porque encarecen la alimentación y es lo que nuestros niños necesitan                                                                                                                              . También no descuidar la crianza de animales menores, de aves como pato, gallina, también chancho, todo eso para que puedan tener para comer porque mientras uno duerme la tierra está germinando. Dios nos ha dado la tierra para trabajarlo, somos ricos por Dios que nos ha dado capacidad, inteligencia, coraje y todo eso tenemos que emplearlo para cosa buena, para lo malo no, eso a la basura y lo bueno al corazón”.
Nos informó que en el internado reciben niños y niñas desde los seis años. “El gobierno solo nos reconoce por 110 internos, nos da raciones alimenticias pero poco, no nos alcanza, tenemos 138 alumnos porque recibimos a los más necesitados y a veces son huérfanos, y vienen acá porque tienen confianza, y para los estudios tenemos primaria y secundaria”.
Así va terminando nuestra conversación y se muestra tranquila, sin fatiga, sonriente y con ganas de seguir narrando la vida en aquella localidad fronteriza con Colombia, donde el presidente de la República Ollanta Humala estuvo varias veces y todos esperan que la mirada del Estado Peruano no sea fugaz, en tanto la mirada divina los mantiene vivos, felices con lo logrado y con la esperanza de que las autoridades de esta tierra cumplan con llegar con más contundencia a los pueblos apartados de la ciudad.
(D.López)