La fuerza de la paz interior

-Reflexiones acerca del valor de la actitud

Por: Manuel Fernando Flores Orellana

mflores2508@hotmail.com

En estos últimos años mucho se ha hablado del éxito, pero muchos conocen el significado de esta palabra y de la importancia que tiene?….. Para mí, particularmente, el éxito es la relación entre lo que podríamos haber sido y lo que hemos llegado a ser. Las personas exitosas desarrollan diariamente hábitos positivos que le ayudan a crecer y aprender.

Una actitud correcta creará la atmósfera adecuada para que los demás respondan bien. Sin buenas actitudes, jamás llegaremos a desarrollar todo nuestro potencial. Lo que nos rodea resulta insignificante al compararlo con lo que está dentro de nosotros, pues el éxito en la vida depende más de la actitud que de cualquier otro factor.

La vida está compuesta, en 10 por ciento, por lo que nos sucede, y el 90 por ciento, por las maneras en que reaccionamos ante lo que nos sucede. Somos responsables de nuestras actitudes de la forma en que nos comportamos ante un determinado estímulo.

Nuestras actitudes determinan cómo manejamos nuestros sentimientos, puede impedir que nuestras emociones nos controlen.

Somos responsables de tener una buena actitud. El ajuste de nuestras actitudes es un proyecto para toda la vida. Nuestro rumbo en la vida jamás debe ser determinado por una actitud quejumbrosa. Un triunfador sabe que la adversidad es la mejor de las maestras, un perdedor se siente víctima durante las adversidades.

No podemos controlar los momentos difíciles de nuestra vida, pero podemos determinar cómo será nuestra reacción frente a cada uno de ellos. Si no usas tu sabiduría para crear cambios positivos, sigues siendo parte del problema, no de la solución.

Viktor Franki, refiriéndose al hecho de haber sido terriblemente maltratado en un campo de concentración nazi, en su libro El hombre en busca de sentido, dijo, «Lo único que ustedes no pueden quitarme es la manera cómo decido responder a lo que me hacen. La última libertad de uno es decidir la actitud de uno, es decidir la actitud de uno en cualquier circunstancias dada».

¡Fantástico! Somos nosotros los que escogemos qué actitud adoptar ahora mismo. Y esa es una elección continua. Si elegimos sentirnos bien, todos los días nos sobrarán motivos para sentirnos bien; si elegimos sentirnos mal, todos los días nos sobrarán razones para sentirnos mal. Por eso, lo más importante y decisivo no es lo que pasa fuera de uno, sino lo que hacemos que suceda dentro de uno mismo, y que no son los otros, las cosas o los acontecimientos los que nos hacen sentir mal, sino nuestro modo de vivir frente a todo.

La única persona moralmente autorizada para calificar el éxito o el fracaso de un individuo es uno mismo, pues, se trata de un elemento tan particular que sólo quien lo experimenta puede establecer el grado de satisfacción y la sensación de logro que ello le genera. El resto está asociado más a paradigmas y estándares que no necesariamente se ajustan a las expectativas que poseen todas las personas. Pueden ser válidas para inspirar pero también frustrantes al no satisfacerse como la mayoría lo exige.

Una persona que se enfoca en el viaje del éxito fortalece su carácter, y se diferencia de otra que no lo hace de la siguiente manera: Hace lo correcto, no lo más fácil. Sus valores lo controlan, no su estado de ánimo. Busca soluciones, no excusas. Persevera ante los retos, no se rinde ante ellos. Se apoya en motivaciones internas. Sus palabras y los hechos están de acuerdo. Si quieres buenas ideas, necesitas muchas ideas.

Entonces, ¿Cuál es la diferencia entre un ganador y un perdedor? ¿Es la capacidad? ¿Es la suerte? ¡En absoluto! La diferencia está en la actitud. Las personas con pensamientos negativos pueden comenzar bien, tener unos cuantos días buenos. Pero tarde o temprano sus actitudes equivocadas las derrumbarán.

A manera de anécdota, John C. Maxwell, famoso autor estadounidense especializado en el tema del liderazgo, le dijo a su padre: «Papá, tienes 70 años. ¿Todavía lees esos libros motivadores sobre la actitud?». Respondió: «Hijo, tengo que seguir trabajando para tener siempre buenos pensamientos. Soy responsable de tener una buena actitud y de mantenerla».

Recordemos que el máximo objetivo del ser humano es vivir en paz y con felicidad. La paz perfecta es la paz interior, aun cuando las circunstancias del entorno sean adversas. Nuestro reto es mantener nuestra paz interior independientemente de las circunstancias.

Una persona que se enfoca en el viaje del éxito fortalece su carácter, y se diferencia de otra que no lo hace de la siguiente manera: hace lo correcto, no lo más fácil. Sus valores lo controlan, no su estado de ánimo. Busca soluciones, no excusas. Persevera ante los retos, no se rinde ante ellos. Se apoya en motivaciones internas. Sus palabras y los hechos están de acuerdo. Si quiere buenas ideas, necesitas muchas ideas.

La batalla de la vida no siempre la gana el hombre más fuerte o más ligero, porque tarde o temprano, el hombre, que gana es el que cree poder hacerlo. Si no logras lo que deseas, es señal de que no deseas en serio. Las únicas malas ideas son las que mueren sin generar otras ideas. Gracias por leerme!!!