LA ÉTICA, PILAR FUNDAMENTAL EN LA CULTURA ORGANIZACIONAL

Escrito por: Pedro Nicanor AZABACHE DE LA CRUZ

Cada día que acompaña a nuestra existencia, trae consigo una y mil preocupaciones que debemos superar del mejor modo si es que queremos compartir y vivir en armonía con quienes integran nuestro entorno social, y para compartir, es necesario adecuarse a ciertas reglas y exigencias que, en un contexto amplio y marcado por la modernidad, recibe el nombre de «Cultura Organizacional».

La cultura organizacional implica una interacción compleja entre los sistemas formales y los informales, la cual puede apoyar un comportamiento ético o uno carente de ética.

Los sistemas formales incluyen

El Liderazgo, la estructura, las políticas, los sistemas de recompensa, los programas de orientación y capacitación, procesos para la toma de decisiones.

Los sistemas informales incluyen:

Las normas, los rituales, el lenguaje, los mitos, las sagas (hechicerías, leyendas), las historias.

La cultura organizacional afecta el comportamiento ético en varios sentidos. Una cultura que pone énfasis en las normas éticas apoya el comportamiento ético.

La cultura organizacional, así entendida, se conceptúa como el conjunto de «valores» aceptados consciente o inconscientemente por los miembros de una organización donde conviven cotidianamente.

Mientras más arraigados sean estos «valores» entre los miembros de una organización, menos necesidad habrá de orientar explícitamente sus pautas de conducta; ya que ella evidenciará  dicho arraigo.

En esta oportunidad, quiero referirme a un aspecto importantísimo de la Cultura Organizacional, que cada vez viene generando una creciente preocupación en las organizaciones. Me refiero a la «ÉTICA», ¿Pero cómo definimos la Ética.? Es una perspectiva personal que cada individuo toma, empleando su libertad, atendiendo a lo que es mejor para su vida buena.

La ética es una guía que muestra el correcto comportamiento del ser humano en determinadas ocasiones: Este comportamiento es regido por las costumbres y leyes de la sociedad donde se habita, y siempre se busca el no dañar o lastimar a otra persona.

Empero, antes de continuar con esta reflexión, definamos el significado de Ética o Moral, toda vez que estos conceptos frecuentemente se manejan de manera ambivalente, es decir, con igual significado.

Sin embargo, analizados los dos términos en un plano intelectual, no significan lo mismo, pues mientras que «la moral tiende a ser particular, por la concreción de sus objetos, la ética tiende a ser universal, por la abstracción de sus principios». No es equivocado, de manera alguna, interpretar la ética como la moralidad de la conciencia. Un código ético es un código de ciertas restricciones que la persona sigue para mejorar la forma de comportarse en la vida. No se puede imponer un código ético, no es algo para imponer, sino que es una conducta de «lujo». Una persona se conduce de acuerdo a un código de ética porque así lo desea o porque se siente lo bastante orgullosa, decente o civilizada para conducirse de esa forma.

En términos prácticos, podemos aceptar que la ética es la disciplina que se ocupa de la moral, de algo que compete a los actos humanos exclusivamente, y que los califica como buenos o malos, correcto, incorrecto, etc., a condición que ellos sean libres, voluntarios, conscientes. Asimismo, puede entenderse como el cumplimiento del deber. Vale decir, relacionarse con lo que uno debe o no debe hacer. La moral debe definirse como el código de buena conducta dictado por la experiencia de la raza para servir como patrón uniforme de la conducta de los individuos y los grupos. La conducta ética incluye atenerse a los códigos morales de la sociedad en que vivimos.

Gracias a estos «calificativos» se valora a las  personas y se establecen juicios morales como por ejemplo cuando decimos «ese político es corrupto», entre muchos otros calificativos, que implican valoraciones de tipo moral.

Entendida así la ética, surge la gran pregunta: ¿Qué nos corresponde a nosotros para lograr fortalecer nuestra ética y nuestra moral dentro de una organización?, indiscutiblemente la respuesta es directa y franca:  tener una buena práctica de nuestras normas éticas y morales, que deben evidenciarse en buenos actos, buenas costumbres, mejores decisiones y la mejor de las actitudes; además, esto se pondrá de manifiesto de modo cotidiano  en el «ejemplo de vida» que demos en nuestro entorno social.

Y para referirnos al «ejemplo de vida» nada más acertado que los siguientes pensamientos para tenerlos en cuenta cada día:

»           «Pobre de aquel, cuyas palabras sean mejores que sus actos» Confucio: sabio chino – hace más de 2500 años.

»           «Dar el ejemplo, no es la principal manera de influir sobre los demás, sino, la única manera». Albert Einstein.

»           «El ejemplo, es la lección que todos los hombres, pueden leer». Morris West.

»           «Nada tan peligroso, como un buen consejo, acompañado de un mal ejemplo». Madame de Maintenon.

 

¿No creen que vale la pena fortalecer nuestra moral, con un buen ejemplo y aplicarlo a diario en las instituciones para la cual ofertamos nuestros «servicios», en beneficio de la población a la cual nos debemos?, tengámoslo presente siempre.