LA ESTABILIDAD DE LAS MICROEMPRESAS.

Todo depende de ti, le dijeron a un amigo que se presentó a un concurso para vender ciertos productos a un organismo gubernamental. Con el mercado local deprimido, con turistas que no compran mucho y sin tener acceso al mercado internacional,  la estabilidad de la pequeña  empresa de mi amigo, creada con entusiasmo y mucha inteligencia,   se tambaleaba en el tiempo y en el espacio. Por eso es que mi amigo  acude cada vez que hay  a estas convocatorias realizadas por los respectivos gobiernos y otros, con el riesgo de que le expresen ‘todo depende de ti’.

Esta es una realidad que viene aconteciendo desde hace décadas con diferentes microempresa, que se forman con pequeños capitales, con mucho talento y con gran creatividad y sólo sobreviven, como decía mi abuelo, porque Dios es grande.

Una empresa que ha soportado los embates del tiempo y de la crisis de todo tipo, es la formada hace 16 años por el profesor Eduardo Arévalo, que en paz descanse, un verdadero promotor del desarrollo sostenible combinando la tecnología de los nativos de lo más profundo de nuestra Amazonía peruana y las técnicas modernas para fabricación de productos medicinales, de artesanías, de jabones de olor, de cremas para combatir las arrugas, etc.

CRETA, es el nombre de la empresa creada por el profesor Eduardo Arévalo y que tiene un amplio espectro de acciones: en educación, en salud, en capacitación y en transformación.  Recuerdo que hace diez años, cuando  visité al señor Arévalo  en uno de sus locales, me obsequió dos jabones con diferentes olores, uno con sabor a coco y otro con sabor a mandarina, que quedaron impregnados mejor que los jabones de olores que venden los de la costa.

El día de ayer, 1 de junio, CRETA  cumplió 16 años de trabajar intensamente en la fabricación de uno y otro  producto para el uso de los pobladores de la Amazonía peruana y otros del extranjero.

Nosotros, por ejemplo, en estas últimas semanas hemos sido beneficiados con una pomada maravillosa que se utiliza para remediar los males y dolores que produce esa terrible enfermedad que es el hemorroides. Además de la pomada hemos utilizado un líquido para enjuagar la parte afectada y, en estos momentos nos encontramos muy agradecidos a la familia Arévalo y a todos los trabajadores de CRETA, que heredaron la empresa de don Eduardo y que siguen laborando y tratando de permanecer estables en una zona donde impera el negociado y el mercado es muy restringido. En esta pequeña empresa loretana se puede encontrar, además de jabones y pomadas milagrosas, piedra negra, artesanías y hasta soluciones para la enfermedad del corazón y creo que embrujos para las conquistas difíciles. Los herederos de don Eduardo, se encuentran pues cada día más decididos a superar las dificultades y saben que en algún momento les llegará la oportunidad.

Omar, Elizabeth, Graciela, Nadir, Corina, Dorian, Javier, Mayanith y Nicasio, trabajadores de la empresa, saben que con la ayuda espiritual de don Eduardo y de Dios y el trabajo en equipo, podrán cumplir con los objetivos trazados al principio de la creación, y, estamos seguros que CRETA estará vigente durante muchos, muchos años; pasarán gobernantes e incluso nosotros y permanecerá en el tiempo con sus descendientes y otros que quieran integrarse a este proyecto de desarrollo sostenible.