LA ACTIVIDAD PETROLERA, UNA DE LAS PRINCIPALES FUENTES DE RECURSOS ECONÓMICOS DE LA NACIÓN Y DE LA REGIÓN.

Estamos seguros que persona alguna del país y de la Amazonía peruana, de cualquier nivel, de todo tipo de credo religioso, de corriente ambientalista o industrialista, no puede negar esta verdad irrefutable no solo en las estadísticas económicas del mundo, sino en nuestro diario acontecer: el petróleo y su explotación ordenada es la base del actual sistema económico y social.

Mientras las «soberanas» bases manejadas por intereses nada claros dicen no al petróleo sin presentar una alternativa barata y masiva para generación de energía, para por lo menos sobrevivir, países como Ecuador, Brasil, Argentina, Venezuela, etc. están intensificando estas actividades para la explotación del petróleo y de recursos minerales. Es cierto que durante décadas las empresas exploradoras, explotadoras y comercializadoras de petróleo han tenido una actitud irresponsable con la conservación del ambiente y con la distribución equitativa de las ganancias que se obtienen. Pero, también, es verdad que existen leyes y normas nacionales e internacionales que se pueden y deben  aplicar para desarrollar una actividad ordenada y respetando a los ecosistemas y pagando un justiprecio a los habitantes que se encuentran en los lugares donde se realizan las acciones y a los trabajadores que con gran sacrificio y capacidad realizan estas labores.

En estos momentos, ni en 10, ni en 20, ni en 30 años, creemos que vamos a tener a la mano tecnologías alternativas de generación de energía barata y para uso masivo como lo da el petróleo y sus derivados. No sólo porque son caros, sino porque nos tenemos que enfrentar a un imperio que se va a desmontar con dificultad y nosotros no tenemos los suficientes medios para hacerlo de inmediato.  Si se paraliza  la actividad petrolera, en la región Loreto van a despedir a miles de trabajadores que vendrán a engrosar  las zonas marginales de las grandes ciudades, si se trata de impedir las inversiones en actividades petroleras, los 30,000 motocarristas (y están por salir al mercado este año 20,000 motos y motocarros sólo de HONDA) y sus familiares van a ser presas del desempleo y tomarán otros torcidos  rumbos para satisfacer sus necesidades; si se paraliza esta actividad se cerrarán los hospitales; las emisoras radiales; las imprentas y los periódicos; las iglesias, los incineradores a electricidad y van a tener que quemar nuestros hermosos cuerpos yacentes con capirona u otro palo duro por lo que ocasionaremos destrucción de los bosques; no habrá movilidad para la gran cantidad de gente, los aviones no tendrán combustible para volar, las lanchas no podrán viajar y tendremos una ciudad iluminada a medias, etc, ¿Qué futuro laboral tendrán nuestros jóvenes estudiantes cuando egresen de los tecnológicos, del SENATI, etc?, Nada, la oscuridad, la desesperación, porque si no lo  saben la actividad petrolera otorga miles de puestos de trabajo a técnicos en mecánica de motores pequeños y grandes, a soldadores, etc Y, no solamente de estos centros de estudios, sino a habitantes de diferentes comunidades ribereñas que han aprendido en las compañías de apoyo a las petroleras  a manejar tractores, soldadoras, etc.

Y, algo que no se quiere divulgar ni informar por diferentes motivos: en el  mundo de la globalización existe tecnología moderna para prevenir desastres, para restaurar terrenos utilizados con plantas arbustivas, herbáceas, con bacterias (ver investigaciones de la UNAP) y recuperar cuerpos de aguas con bacterias, con plantas macrofitas, con algas, con peces pequeños, con insectos, con moluscos, y otros animales y vegetales  que tienen un gran poder limpiador de residuos (ver investigaciones del IIAP). Estas tecnologías podrían generar fuentes de trabajos a miles de egresados de biología, de ecología, de ingeniería, que laborando con  expertos del Instituto de Investigaciones de la Amazonía peruana que ya tienen las bases teóricas y crear biotecnología para  hacer un crecimiento económico conservando el ambiente. No solamente estos jóvenes podrían tener trabajo, sino los hermanos nativos  preparándose, capacitándose técnica y administrativamente y ¿por qué no? ser socios de las actividades de explotación, como acontece con los nativos de Alaska, Canadá, Estados Unidos de Norteamérica y del Ecuador, quienes incluso tienen líneas áreas que prestan servicios a las compañías petroleras. Es más con la tecnología generada en el IIAP y en otros centros de estudios técnicos y superiores se pueden organizar empresas comunales para monitorear ecológicamente las labores de las empresas, para desarrollar proyectos de acuicultura, de zoocríaderos como lo ha repetido una y otra vez el gerente de la empresa Amazon Bussines & Consulting y como lo viene intentando un grupo de achuares liderados por un joven mestizo enamorado de una india en la comunidad de Belén en Plantonayacú y egresado del centro agropecuario El Milagro de Fe y alegría de la carretera Iquitos.-Nauta.  Debemos, pues,  hacer un plan de desarrollo que integre a todos los peruanos, sean estos indígenas, mestizos, negros, amarillos, blancos, con respeto al ambiente y justicia social, pero no estar diciendo  no a la explotación petrolera sin tener alternativa viable para reemplazarla en corto y mediano plazo. De lo contrario hagamos como la comunidad Amishi de los EEUU de Norteamérica y aislémonos del mundo. A ver ¿quién da el ejemplo?