Industria limpia

En estos días que se vienen realizando diversas actividades en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, se conversa, debate y reflexiona sobre las medidas a tomar para cambiar y hasta frenar la carrera que nos lleva poco a poco a la destrucción del mundo, de nuestro hogar común planetario.
En ese orden de cosas y de charlas interminables, apasionantes y técnicamente bien sustentadas en base a estudios que vienen desde décadas atrás, puede que caigan en saco roto, aunque nos duela decirlo; si es que no se establecen políticas de Estado coherentes y decididas.
Resulta patético escuchar a autoridades del ministerio del Ambiente hablarnos de la evolución de las industrias limpias, del reciclaje, de la energía renovable y de cuantas alternativas, que ayudarían a hacer que contaminemos mucho menos nuestro medio ambiente, que no es más que el lugar donde vivimos y desarrollamos nuestras actividades productivas.
Y resulta patético decimos, porque mientras se esfuerza el ministerio del Ambiente en convencernos de lo que ya estamos convencidos, otros ministerios como de energía y Minas no priorizan por ejemplo, la instalación de plantas que generan energía solar.
Es más lo tienen en sus planes aprobados y de pronto lo cancelan. Así sucedió en nuestra región Loreto con un proyecto para electrificación solar en pueblos ribereños. Simplemente se postergó por tiempo indefinido. Y desde el ministerio del Ambiente nos dicen que este tipo de instalaciones, incluso, ya son menos costosas que antes.
Eso es cierto. Como que también es cierto, que si bien la instalación puede significar actualmente una regular inversión, a la larga es más beneficiosa porque es una energía barata y sobre todo no contamina el medio ambiente. Entonces por qué mejor no se ponen de acuerdo entre ministerios antes de salir a promocionar lo que el otro lo anula sin rubor.
Pero, por qué nos pasa eso, las incoherencias, las inconsistencias de los discursos, pensamos que simple y llanamente porque no hay una sincera política de Estado que tenga la idea clara y apunte a que todos cumplan por el beneficio común. Y se presume que por ahí se deben cruzar intereses empresariales obtusos que creen que si dejan de vender sus grupos electrógenos y otros, mueren. Nada de eso. Los rubros empresariales cambian. Y qué mejor si giran para cuidar el planeta. Necesitamos liderazgos.