I.N.C. y Municipalidad: conversen.

Originalmente, cuando la Municipalidad de Maynas decidió y ejecutó la demolición del antiguo edificio consistorial ubicado en el ámbito de la Plaza de Armas de la ciudad, se escucharon infinidad de opiniones ciudadanas, respecto a si estaba o no acertada tal decisión, puesto que se suponía que tal edificio construido en la década de los 40, podría ser refaccionado en su modelo original, para ser utilizado como edifico central que alojaría a la clase municipal como son el alcalde, sus regidores y funcionarios de confianza.

Sin embargo un estudio primario, que fuera ejecutado siendo alcalde el recordado empresario Joaquín Abensur Araujo, permitió determinar la fragilidad del edificio, lo que hizo que durante su gobierno el ciudadano Jorge Chávez, decidiera la construcción de la nueva sede Municipal en el lugar que ahora se encuentra.

Como la antigua sede fue  clausurada a la espera de un nuevo destino, el mismo que dependería de una decisión municipal. Por fin, dado a que significaba además de un peligro dada la fragilidad de su estructura, era también   una visión nada adecuada  para propios y extraños, sin duda la razón obligaba a una demolición inminente,  seguida de una obra inmediata de construcción  acorde con las técnicas adecuadas  y modernas de la arquitectura actual. Pero inesperadamente, cuando se daba paso a los trabajos de demolición total sucedió un hecho que merecerá especial atención de los responsables del desarrollo cultural y de la autoridad edil, para llegar a una solución saludable y sensata; el INC ordenó suspender una demolición consumada y prohibió desarrollar algún trabajo de construcción adecuado.

Aquí no  se trata de entrar en competencia para determinar quién decide la construcción o no de una nueva sede municipal, aquí se debe clarificar que camino  seguir para darle vida a un ambiente que, con  el respeto que  se merecen las autoridades del INC, debe ser iniciativa municipal como entidad administradora de la ciudad, en concordancia con las  normas y pautas que rigen la vida ciudadana y la visión protectora del I.N.C.

Repetimos, lo dicho en nuestro exordio inicial, el I.N.C. y la Municipalidad, por respeto a la ciudadanía que a las finales es la que pagará el gasto, cada uno en la misión que les corresponde cumplir, deberán abdicar protagonismos que dañan los avances arquitectónicos de la ciudad.