Homenaje a la Madre

Por: Pedro Nicanor Azabache De La Cruz

En gran parte de los países del mundo, se celebra con fervor y alegría, el llamado «Día de la Madre»,  y en los hogares de los países latinos y en especial en los hogares peruanos, tiene una connotación especial, al extremo que todas las instituciones públicas y privadas le reservan un espacio preferente.
Este hecho, me lleva a plasmar una reflexión en cuanto al significado mismo de lo que se busca con esta celebración, que pretende simbolizarlo en un solo día, y surge la pregunta, Día de la madre.., día para celebrar? y de ser así que celebramos?, su abnegación, dedicación, desprendimiento o perseverancia?, quedaría corta la lista de adjetivos para calificar la condición de madre, que pretendemos «celebrar» en un día.
Todo lo anteriormente señalado y todos aquellos adjetivos no considerados, se resumen en una sola frase «La madre es, y prodiga amor» y lo hace todos los días, desde  que nacemos hasta que el eterno nos acoge.
Pretender limitar el amor de madre a la celebración de un solo día, creo es limitar la inmensidad de su amor por los hijos, quienes no todos correspondemos con el mismo fervor que ella nos profesa.
La grandeza del amor de los padres, que indudablemente, es reflejado a través de la madre, Augusto CURY, en su libro «Padres brillantes, maestros fascinantes,» lo resume en lo siguiente. «Dejasteis vuestros sueños para que  pudiéramos soñar; dejasteis el descanso para que tuviéramos alegría, Perdisteis noches de sueño para que durmiéramos tranquilos. Derramasteis lágrimas para que fuéramos felices; perdonadnos por nuestras faltas y sobre todo por no reconocer vuestro inmenso valor».
También es bueno rememorar las dificilísimas circunstancias que una madre  muchas veces tiene que afrontar y superar y en donde verdaderamente se pone a prueba y se valora el amor de madre, como por ejemplo la falta de oportunidad en la educación, en el trabajo, que conlleva ingresos magros, violencia de los conyugues, sometimiento a vanidades de la vida, pero pese a todo ello la madre siempre nos educa, nos alimenta, nos da un techo y por  sobre todo ello nos arrulla y con el más tierno amor nos bendice cada día que amanece.
Recordemos también, que Víctor Hugo, rememora a su manera, el sacrificio de las madres ante la dureza de las  circunstancias de la vida, cuando en el argumento de su libro «Los miserables», considera « La tragedia de la mujer hambrienta», pero pese a todo ello, siempre sale adelante el «Amor de Madre»..
Para recoger en unos cuantos hechos el amor de madre, quiero hacerles extensivo solo dos casos del amor de madre, en los que no se podría encontrar explicación terrenal.
Presentóse como siempre diferencias entre la madre y la nuera, y éstas llegaron a ser tan  irreconciliables que la nuera le dijo al esposo, quiero el corazón de tu madre mañana mismo. El hijo, con el fin de satisfacer el «pedido», con engaños llevo a su madre a un alejado paraje y allí le arranco el corazón. Atemorizado y aturdido por lo que hizo, comenzó a correr por el bosque con el corazón en la mano y en su alocada carrera, tropezó cayendo al suelo. El corazón, rodó por el césped y cuando el hijo desesperado se levanto en busca del corazón de la madre, escuchó una voz que le decía. «Hijo mío, te hiciste algún daño»?
Una madre que se encontraba en un alejado lugar acompañada de uno de sus hijos; de madrugada llegó de visita la hija que estaba ausente y como era natural, ésta, luego de saludar a su madre, dedicó los primeros momentos a descansar. Tal era su alegría de ver a sus hijos juntos que se reunían para visitarla, que al primer saludo matinal que se produce ella responde, favor, no le podré atender,» podría interrumpir el sueño de mis hijos».
Sin embargo y aun cuando a diario vivenciamos hechos del amor de una madre, como los relatos que anteceden, el mundo también reserva espacio para exponernos hechos de hijos, que no solo no responden o corresponden a éstos sacrificios producto del amor de una madre, sino que por el contrario hasta atentan y agravian al ser que nos dio la vida y cuidó hasta que pudimos valernos por nosotros mismos, adoptando en muchos casos, actitudes de las más denigrantes, como atentados contra su integridad física, y hasta llegar a extremos de arrebatarles el tecno que ella nos dio parar protegernos y cuidar nuestros días.
Vemos pues con mucha preocupación que a medida que pasa el tiempo, y los padres, en especial la Madre, cuando llegan a una edad avanzada, toma más fuerza y de mayor aplicabilidad para mucho de los hijos, aquel pensamiento que dice «El tiempo que dediqué a tu cuidado cuando eras niño, ahora te pido que lo dediques a mi» y lamentablemente esta compensación ya se no se cumple o se viene perdiendo en el inexorable tiempo.
Dudamos aun, que el amor de madre no tiene límites y debemos circunscribirlo a la celebración de tan solo «un día de la madre»?. Porque no aprender a vivir por siempre un homenaje a la madre, en el sentido amplio de fidelidad, respeto y amor?
Espero que estas pequeñas reflexiones, contribuyan en algo para prepararnos y brindar un homenaje y cuidado permanente a «nuestras madres».