Firmes a la ley

Haciendo honor a su profesión, la gestión del abogado Euler Hernández Arévalo frente a la municipalidad distrital de Punchana, viene haciendo lo que nadie hizo en muchos años desde que empezaron a proliferar los hospedajes en la jurisdicción distrital donde a vista y paciencia de autoridades y vecinos, nuestros adolescentes y jóvenes eran corrompidos por gente adulta.

Es un secreto a voces, todos lo murmuran, pocos quieren afrontar el problema de cara a la realidad, mientras que la oficina de Trata de Personas de la Región Policial del Oriente emprende una lucha titánica contra quienes afectan a nuestros menores de edad, sin duda, al César lo que es del César, y eso hay que reconocerlo y apoyarlo. Nada fácil ante tanta mente machista y egoísta que no piensa en salvar nuestros tesoros que son los jóvenes.

Recordemos que hace poco encontraron a cuatro menores de edad en el hospedaje de nombre “Pantoja” y parecía como en otras ocasiones que estos locales públicos que se rigen bajo ciertas restricciones iban a quedar impunes, libres de toda responsabilidad, amparándose en que son chicas “mañosas” las que se encuentran con adultos, incluso hasta acuñándolas actos de prostitución, cuando el término exacto es explotación sexual.

Este “hospedaje” ha sido clausurado definitivamente por la comuna punchanina a través de la gerencia de Desarrollo Económico y Social, la unidad de Comercialización y Mercados, y la gerencia de Seguridad Ciudadana. La entidad así ha dado cumplimiento a su Reglamento de Aplicación de Sanciones – RAS, y dentro del debido proceso, decidió clausurar dicho establecimiento al considerar que hubo falta grave, tras permitir el ingreso a menores de edad.

La municipalidad aplicó una multa de 05 UIT, aunque los propietarios se negaron a recibir la notificación. Y tenemos que ser claros que nadie, ni creemos que tampoco la municipalidad de Punchana están en contra de cualquier iniciativa empresarial, pero, no estanos en tierra de nadie, y no debemos hacer lo que se nos venga en gana, aunque mucho de esto pasa en nuestra ciudad y país. Lo cierto es que este establecimiento cometió una falta grave al permitir el ingreso de menores de edad. Y todavía como que se declaran en rebeldía al no recibir la notificación oficial de la autoridad.

Y este tipo de actitudes nacen de un equivocado concepto que tenemos de las libertades que nos otorga el sistema democrático, nos vamos a extremos de un libertinaje donde radica la idea de “hacer lo que quiero”, craso error, que la debilidad de las autoridades de turno han ido encarnando. Debe llegar el momento de entender que somos personas libres, pero que vivimos bajo ciertas normativas de convivencia en sociedad, a la que debemos respeto y cumplimiento, caso contrario estamos sujetos a sanciones.