Fin al afiebrado reeleccionismo de las autoridades públicas

Por: Jorge Foinquinos

 

Actualmente, en la ciudadanía peruana hay amplio consenso a favor de la propuesta para que no postulen a reelegirse en forma inmediata ni los presidentes regionales ni los alcaldes, debido a que en numerosos casos no cumplen las expectativas durante los años que gobiernan y a falta de pocos meses del término de su mandato empiezan a aparentemente inaugurar «obras» incompletas o deficientemente ejecutadas en medio de escandalosas denuncias de corrupción. Este Proyecto de Ley (P.L. 1426 presentado este año), sucede a una iniciativa legislativa muy similar presentada antes por la gestión congresal del autor de este artículo (Proyecto de Ley 4065 presentado el 3 de junio de 2010, publicado en la página web oficial del Congreso de la República).

Entre las abundantes razones, tenemos que la figura de reelección inmediata perjudica la gobernabilidad, la alternancia en el poder y la transparencia del ejercicio de cualquier gobierno, sea en el ámbito nacional, regional, provincial o distrital, ya que cada gobernante en lugar de gobernar y cumplir con servir a intereses de la sociedad, no puede estarse dedicando a buscar su reelección a «conquistar» votos y hacer actos políticos, sirviéndose para ello de los recursos económicos, logística, mecanismos de prensa y comunicación, infraestructura física, recursos humanos – al extremo que la Contraloría General de la República lanzó la campaña «Postula con la tuya», aunque al parecer, inútilmente – entre otros, desviando así los fines del verdadero servicio a la sociedad para los que fue electo, hecho que constituye un acto deshonesto por parte del gobernante y representa además una burla a la sociedad que lo eligió para que cumpla sus promesas, programas, planes de trabajo y compromisos asumidos, por lo que a fin de evitar esa desviación es imperativo que se impongan las mismas condiciones y reglas para la elección de los diferentes cargos públicos de la Nación, estableciendo las reglas vigentes para el Presidente Constitucional de la República a los demás cargos de elección popular como son el Presidente, Vicepresidente y Consejero Regional, Alcaldes y Regidores ya que todos estos cargos están vinculados en alguna forma con la administración y manejo de los recursos públicos del Estado.

Por otro lado, la reelección inmediata en los cargos regionales y municipales perjudica y trunca la alternancia en el poder por cuanto no permite que ingresen a las regiones y municipios nuevos valores con ideas frescas, proyectos, estrategias, programas y planes de trabajo nuevos, y permite que con el paso de los años los funcionarios caigan en una rutina y monotonía en sus funciones. Por tales motivos, la no reelección favorece la alternancia política, movilidad social y transparencia en los gobiernos como principios básicos de todo régimen democrático y evita la formación del llamado «clientelismo» en las circunscripciones electorales a favor del gobernante en ejercicio.

No dejaremos de mencionar que existen contados casos de autoridades que gozan de la simpatía de su pueblo por su accionar limpio y transparente, lamentablemente son muy pocos.

Es necesario acotar que existen algunos antecedentes nefastos en nuestro país que han caracterizado a la reelección como sinónimo de corrupción, basta con citar al gobierno de la década del 90 donde funcionarios de primer nivel terminaron envueltos en una serie de graves denuncias penales y cuestionamientos de corrupción, precisamente por haber sido un gobierno reelecto e incluso re-reelecto, existen varios ex ministros y altos funcionarios públicos de dicha década hoy en día procesados y condenados firmemente por delitos de corrupción. Así también, hechos de corrupción han ocurrido en gobiernos anteriores, pudiendo enumerar una larga lista de presidentes regionales y sobre todo alcaldes reelectos y hasta re-reelectos en todo el país que también han terminado denunciados, procesados y condenados con sentencia firme por haber cometido delitos de peculado, colusión, patrocinio ilegal, negociación incompatible, abuso de autoridad, corrupción, etc., y otras modalidades que atentan contra el patrimonio del Estado; consecuentemente, la reelección inmediata en los cargos regionales y municipales no resulta favorable para los intereses políticos, económicos, democráticos ni nacionales por sus evidentes perjuicios que ocasionan detrimento en el patrimonio del Estado conforme lo ha registrado nuestra historia.

Es evidente que la acción que pueden tomar las instancias judiciales para cortar esta inmensa sensación de corrupción que existe en el país (acabando con la impunidad), será bienvenida. Queremos un Poder Judicial firme y honesto para beneficio de todos los peruanos. Al mismo tiempo la aplicación de esta propuesta legislativa – que planteamos recogiendo la voluntad de la ciudadanía y que ahora ha sido renovada – será no solo una acertada medida preventiva, sino que además potenciará tremendamente el desarrollo de nuestra región y del país.

«Vox Populi, Vox Dei», el pueblo loretano y peruano dice y repite en sus conversaciones al respecto: «Basta ya de reeleccionismos». Es por eso que quiero concluir este artículo recordando la ejemplar vida y obras del más honesto y trabajador presidente que ha tenido el Perú, Fernando Belaunde, un demócrata a carta cabal que nunca pretendió «eternizarse» en el poder y con una paráfrasis en el año del centenario de su nacimiento, hacer saber que resuena para nosotros la plena convicción principista en el siempre aleccionador eco de su voz: El pueblo ya ha decretado, solo falta la formalidad del «Cúmplase».

¡Adelante!