– Declarado como «El personaje del año» por la revista Times, hoy está de onomástico:
Por: Por: Adolfo Ramírez del Águila.
Hoy martes 17 de diciembre, es el cumpleaños número 77 del papa Francisco. Culturalmente en nuestro país, y más aún en nuestra región de Loreto, cumplir años es un momento de celebración especial y casi de carácter obligatorio. Aunque está prohibido decir la edad, por cuestiones de imagen personal, celebrar los cumpleaños es un momento de alegría por la vida. En la selva todo se celebra, así estemos en el último lugar de la prueba PISA, organizamos fiestas para toda ocasión. Los europeos que nos visitan, se sorprenden de esta dimensión festiva característica en el poblador selvático.
Sin embargo, cumplir años no solo es pretexto para hacer únicamente fiestas y tortas, también es el momento propicio para hacer un balance de nuestra vida personal. Eso quisiéramos hacer con las casi ocho décadas de vida plena de nuestro papa latinoamericano.
JORGE MARIO BERGOGLIO SÍVORI, nació en el barrio porteño de Flores, Buenos Aires, el 17 de diciembre de 1936. Su padre fue un empleado migrante italiano y su madre una ama de casa argentina. Estudió su primaria en una escuelita salesiana y su secundaria en un colegio técnico en donde se graduó como químico, estudio que le permitió dar sus primeros pasos en el mundo laboral, trabajando en un laboratorio.
No tan muy joven, a los 21 años, decidió ser sacerdote jesuita y fue ordenado cura el 13 de diciembre de 1969, a los 33 años. Debido a una crisis de vocaciones que atravesó su congregación religiosa, a sus cortos 37 años tuvo que asumir el cargo de Provincial de los Jesuitas Argentinos. Una de sus gestiones más recordadas como Provincial, fue la trasferencia administrativa y económica que hizo de la Universidad del Salvador –regentado por los religiosos jesuitas- entregando las riendas a profesionales laicos. Durante su periodo como Provincial, se dio la dictadura militar en Argentina, una época muy difícil para la vida política de su país natal.
El 20 de mayo de 1992 fue consagrado Obispo y luego cinco años más tarde, Arzobispo de Buenos Aires. En su meteórica carrera eclesiástica, fue designado Cardenal el 21 de febrero del 2001 por el entonces papa charapa Juan Pablo II. Como Primado de la Iglesia Católica Argentina, formó parte de la Comisión para América Latina, la Congregación para el Clero, el Pontificio Consejo para la Familia, la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, el Consejo Ordinario de la Secretaría General para el Sínodo de los Obispos y la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica.
Muy recordado en su natal Argentina como «el obispo de los pobres» y «el humilde cardenal» que viajaba en metro y no en automóviles lujosos. Desde que fue ordenado sacerdote se caracterizó por ser un pastor de una vida sencilla y muy sensible a la realidad de su contexto. En el año 2011, Al cumplir sus 75 años, presentó su renuncia como Arzobispo de Buenos Aires, según manda el derecho canónico.
Cuando tenía previsto retirarse de su intensa vida en el gobierno eclesiástico, hacia un hogar de adultos mayores, en donde ya había reservado una habitación, le sorprende su designación como el nuevo papa 266 de la Iglesia Católica. Su elección, en un inolvidable 13 de marzo de este año que se nos va, sorprendió gratamente a medio mundo. Todos los cálculos se inclinaban a que el reemplazo del renunciante Benedicto XVI iba a ser un cardenal italiano y cuando se creía que los pronósticos eran ciertos, por el apellido Bergoglio que se anunciaba en el «habemus Papam», un alegre cardenal del fin del mundo hizo su aparición en la ventana más vista del Vaticano: Jorge Mario Bergoglio, del purpurado latinoamericano, había sido designado como el nuevo Vicario de Cristo en la tierra, asumiendo el nombre papal de «Francisco», en honor al santo de Asís.
El resto de esta historia, ya es muy conocida. Desde este rincón de la Amazonía peruana, maravilla natural y cultural del mundo, le deseamos muchas felicidades a nuestro líder religioso, y que Dios bendiga su pontificado con muchos frutos de santidad para la Iglesia renovada en Cristo Jesús. ¡Salud papa Francisco con un chuchurrín! Amén.
