Esfuerzo común

Esta semana que está por terminar nos ha dado una lección que cuando se hace un trabajo en equipo, cuando el esfuerzo comunitario apunta a un objetivo beneficioso para determinadas poblaciones, el éxito está casi asegurado y va a depender de no desviarse del camino trazado.
Lo escrito arriba parece un concepto general que se ajusta a lo que ha sucedido en la comunidad de Manatí I Zona, donde el esfuerzo de los pobladores, el aporte del gobierno distrital municipal de Indiana, el compromiso de la dirección regional de Salud de Loreto, la Clínica Ana Stahl, la Universidad Unión de Lima y la organización Centure Health de Estados Unidos, y otros, ha iniciado una revolución regional para la buena salud.
Esta experiencia es para comprobar que es más provechoso estar en una especie de campaña permanente de cambio de actitudes para prevenir las enfermedades, que solo hacerlo durante uno o varios días. El personal médico que estará durante un año en la casa o maloca construida por el esfuerzo de los pobladores, será el lugar de las capacitaciones.
Además, cuenta con lo básico para la atención de diversas urgencias médicas, con laboratorio, farmacia abastecida, ecógrafo, consultorio psicológico, para prevención en odontología y otros servicios médicos que aseguran no desarrollar diversas enfermedades. Es decir desarrollar una cultura de la prevención.
Es la idea del proyecto no actuar solamente cuando se está enfermo, sino que haya cambios de actitudes en la vida cotidiana de tal forma que se va previniendo en materia de salud de las personas. Los pobladores pasarán consulta y se capacitarán aun estando sanos, justo para no enfermarse. Lo importante es que los pobladores de la zona finalmente aceptaron el reto y dentro de un año se conocerá los resultados.
Todo esto también es parte de la lucha contra la anemia y la desnutrición infantil, donde aparecemos en el último lugar. En el proyecto también hay una nutricionista que de hecho pondrá sobre la mesa las alternativas alimentarias y el balance que debe darse teniendo en cuenta el valor nutricional de los productos regionales.
Creemos que es nuestra obligación moral reconocer los esfuerzos que se vienen haciendo por hacer que las nuevas generaciones tengan un mejor desempeño, que lo permitirá el gozar de buena salud, y para ello la alimentación tiene que ser la adecuada, ni mucho, ni poco, lo necesario. También para un desarrollo neurológico que le permita a la persona el aprovechamiento de sus habilidades naturales.