Elecciones partidarias internas

Algo dice que las elecciones generales, esta vez, van a ser mejor pensadas, con madurez y buen criterio. Desde que estamos viendo que las elecciones internas del Frente Amplio -coalición de partidos, organizaciones políticas, movimientos sociales y ciudadanos que buscan consolidar a diversos sectores como izquierdistas, progresistas y los que buscan un manejo democrático, sin corrupción de la política en nuestro país- se han llevado con toda transparencia, tenemos la esperanza de que va a ser distinto el escenario y la función.
Los que asistieron a elegir a quien representará al Frente Amplio en las elecciones presidenciales, decidieron que una mujer lleve la bandera de sus ideales. Verónica Mendoza, actual congresista, ganó las elecciones internas del FA, según anuncio hecho por el ex cura Marco Arana, presidente de esa agrupación.
Llama la atención, que un hecho así se haya dado en una casa política de nuestro país, porque los partidos tradicionales y movimientos políticos regionales, ya le habían acostumbrado al pueblo a asistir a elecciones internas amañadas, con marcadas preferencias y otras, con toda desfachatez, recibiendo estrictas instrucciones de la dirigencia nacional para inclinar la balanza a favor de un ahijado o protegido.
Con esta previa eleccionaria, no solo ha ganado Mendoza, sino que ha ganado el ciudadano peruano, el común y corriente, el de a pie, que religiosamente cumple con su deber de ir a elegir a su presidente, a sus congresistas, a sus alcaldes o a sus regidores, porque ahora, llevados por el ejemplo, los electores de otras casas políticas, exigirán transparencia cuando sean llamados a elegir a sus candidatos en las elecciones internas de sus partidos.
No es intención expresar en esta tribuna una simpatía política. Nuestra simpatía va al proceso, a la forma cómo la dirigencia de esa coalición ha tomado con seriedad un acto por demás respetable, al que no se debe manipular, porque eso es traicionar la decisión del elector.
Cuando estamos a poco del inicio de la campaña electoral para las elecciones generales, vaya nuestro deseo de que las preferencias sean respetadas y que, siendo así, la decisión de sus partidarios, quien salga elegido, sea el portaestandarte de sus ideales, en bien del Perú.