Cinco semanas atrás, vi una película en que jóvenes ciclistas bien preparados en este deporte, muchos de ellos universitarios habían formado una sociedad de mensajeros y entrega de encomiendas legales, por supuesto, con una central radial bien operativa. En la película se observa el trajinar de los jóvenes por toda la ciudad de New York, a una velocidad fantástica y con la entrega eficiente al cliente. Pero, no solo era correr y correr por las vías que proporcionaban seguridad a estos mensajeros, sino lo hacían con una preparación espiritual y lleno de valores morales que los fortalecía en su formación como seres humanos.
En varias escenas, por ejemplo, podemos ver que, dos de los mensajeros en bicicletas, tratan de entregar un documento para el ingreso de una abuela y nieto chino a los Estados Unidos de Norteamérica. Después de recoger el encargo, el joven spinning es perseguido no solo por la mafia formal, sino por la informal (es decir ciertos policías) para que le arrebaten el sobre. Pasa por una serie de peripecias y no sabe por qué. Al principio no le interesa el valor sentimental de lo que transportaba. El cumplía con su trabajo y ya. Pero al conocer de cerca para qué era el documento que llevaba, emerge en él el valor de la solidaridad hacia su prójimo y arriesgando su vida y con la ayuda de varios de sus compañeros y compañeras hace entrega del sobre y nieto y abuelita pueden ingresar al país de las grandes oportunidades.
Estoy seguro que esta práctica diaria de moverse a esa velocidad en bicicletas preparadas y con música que ellos adoran y la concentración del entrenamiento, ha permitido que los genes del bien de la solidaridad se hayan manifestado en un ambiente propicio como es el de la anciana y el nieto. Creo como en los trabajadores japoneses estos spinnings han motivado buenas cosas en sus cerebros y en sus almas, aunque, siempre hay excepciones. Además de divertido de la película con escenas de amor y persecuciones, la película nos enseña el valor de la solidaridad con gente que ni siquiera conocen y que yo atribuyo a este ejercicio diario del spinning que fortalece sus cuerpos y almas.
Eso debería hacerse acá en Iquitos. Pero no puedes, así como va el tránsito y la delincuencia, en un par de minutos, o el ómnibus te vuelve papilla por irresponsabilidad del chofer y falta de autoridad y los arranchadores o secuestradores hacen lo que quieren de ti en presencia de las «máximas autoridades» que solo tienen un plan de seguridad para el año 2020, es decir para cuando el narcotráfico haya invadido nuestras provincias porque los ambientalistas no dejan hacer industrias limpias como la producción de cacao, de caña, del espino, de café y no dejan otra alternativa al joven.
Como este spinning que haría un gran bien a la gente de toda edad, incluso a mí, no se puede realizar en las calles de Iquitos, por lo ya acotado y por otras cosas más, es mejor hacerlos en los llamados gym. Uno de ellos bien organizados, para este nuevo deporte que fortalece el alma y el cuerpo, se encuentra en el tradicional club Tenis. Cientos de personas están ya iniciándose en este ejercicio de manera estacionaria que tiene médicos, nutricionistas y buenas bicicletas y un buen ambiente y de pasos haces tu terapia en las aguas limpias de sus piscinas.
Creo que la mejor droga para superar las depresiones y las tristezas y controlar las emociones es el ejercicio, y, qué mejor que este nuevo deporte con buenos instructores y que es barato, diez soles. Todo tu cuerpo se pone en movimiento y tu cerebro va generando ideas que no lo puedes hacer de manera estática.
Bien, para mí que aquí podría estar la contribución a mejorar la conducta de la sociedad. Deberían invitar a las autoridades de turno. En nuestras oficinas del Estado no se dan estas cosas, tienen media hora para ir a comer y otra media hora para que baje la comida, en tanto el cliente, perdón, el usuario sigue esperando que la boa despierte. No, el mejor alimento es que los trabajadores hagan siquiera diez minutos de ejercicio, planchas, ranas, carreras sobre sí mismo, etc. Muy bien por el spinning y que siga multiplicándose en todos los sitios, especialmente en las oficinas públicas que parecen centros de engorde. Ya me inscribí y a partir de diciembre ingreso con todas mis fuerzas. Lo necesito.
