EL MAGO Y CUENTISTA MARKARIÁN.

POR: JUAN SOREGUI VARGAS.

La mayoría de comunicadores sociales del Perú, particularmente los especialistas en fútbol han levantado hasta el ara de la idolatría a don Sergio Markarián y lo han llegado a llamar el mago que dicen hará  una serie de trucos para que el seleccionado peruano vaya a un mundial después de décadas.

 

Escribo sobre el tema  con conocimiento de causa. Soy uno de los pocos que se enfrentó en la red social, desde hace meses a los muchos adulones  (los hay en toda actividad) de don Sergio. Aunque muchos no lo creen, al verme con tremenda pelota en el centro de mi humanidad (creen que me tragué la número 5) he jugado fútbol con una sapiencia que no se observaba en los años 70 en nuestro medio, como muchos otros muchachos de aquel entonces. Es más, había un suplemento de un diario capitalino en el que, creo que fue Tito Drago (uno de los tres gatitos del Municipal)  que nos enseñaba mediante un comic public como jugar, técnicas, estrategias, etc. Pero lo más increíble que parezca, con quien compartíamos estas enseñanzas tanto en el plano teórico como en la práctica, era con el señor James Beuzeville Zumaeta, con quien antes y después del entrenamiento, en el campo del Dos de Mayo, en nuestras huertas o en el patio de la cuadra once de la calle Arica ensayábamos una serie de jugadas y técnicas para matar la pelota con el pecho, con el muslo, con el empeine, con la cabeza, etc. Luego hacíamos movimientos en pequeños espacios para defender la pelota y darle mayor movilidad al juego. Todas estas enseñanzas se complementaban con un buen ejercicio a las cuatro de la mañana, teniendo como uno de nuestros entrenadores, un gran amigo, un extraordinario docente e intelectual, al profesor Raúl Orbe Sánchez, al que amistosamente le decían el loco. Lo mismo hacíamos con Ernesto Lozano Iglesias y otros jugadores del San Lorenzo, en el que destacaban los hermanos Vela, el amigo Roy Lopez, Nemhías Mera, entre otros. Ensayábamos una y otra vez jugadas que teníamos que repetirlas en los partidos oficiales.

 

Por eso y porque sabíamos mirar el fútbol desde un punto de vista no parcializado, no fanático, es que criticamos muchas veces al equipo de todos los loretanos, por supuesto, con sugerencias para mejorar. Y ahora hemos ensayado una serie de críticas por la actitud argollera de don Sergio Markarián, al que sus adulones le dicen el mago. Y, del que se han colgado políticos y comerciantes, lo que le encanta a don Sergio no solo por la puesta en escena, sino porque de por medio, supongo, debe haber un buen billete.

 

Eso de los cuatro fantásticos es otro cuento. Tenemos una defensa demasiada lenta. Al señor Wálter Vílchez le lleva a donde va Markarián. Es un defensa obsoleto para el fútbol mundial, lo mismo sus otros centrales y algunos laterales que prueba. Con un Vargas que lo único que tiene es potencia en la patada pero nada más, porque velocidad, inteligencia y quimba,  nada que ver. En la volante ha dejado a varios chicos que podrían convertirse en conductores del equipo y pone a un viejo como Lobatón y a un Guevara que no vale para nada, en la delantera, ni hablar, todo es pura fama.

 

Creo, sinceramente, que no vamos a clasificar para el mundial del Brasil, por lo tanto el mago debería ensayar sus partidos, incluso oficiales, con gente joven, muy buena que está en actividad, con dos o tres refuerzos de veteranos para ir pensando en el mundial de 2018, para justificar por lo menos lo que se viene levantando en peso.

 

En cuanto a lo de mago, sí es cierto, porque con su «magia» se está llevando cualquier cantidad de dinero por un trabajo donde no se ve  resultados positivos. Cómo es posible que lleve a Chile jugadores que no estuvieron en actividad. Miren el ejemplo de  Chile,  jóvenes, rápidos, con buena técnica. En eso se debe trabajar. El mago en general tiene la habilidad de distraer a su público con artificios, para que una vez que la masa este distraída saque sus conejos y palomas. Yo considero a don Sergio como uno de los mejores cuentistas que he visto en la actualidad. Con su magia y distracción y su diplomacia de no enfrentarse al público ha buscado como Edgar Allan Poe la forma de distraer, con ayuda de sus adulones, al público peruano para querer hacernos ver pajaritos donde no hay, como ciertos ornitólogos. Verán dentro de poco va a hacer el acto más sublime de su magia. Se va a ir a jugar un partido en el extranjero y se quedará por allá. Es que el fútbol es un mundo de pasiones y de emociones y el que sabe hacer sicosociales y magia le come a vivo al hincha, pero, cuidado, puede ser un boomerang, si no llena las expectativas del público al quien han sensibilizado o lavado el cerebro y el corazón, puede ir en su contra con resultados desastrosos. Ya lo hemos visto por acá. Todo ese dinero debió invertirse en nuestros entrenadores, en los mejores, y en preparar la base en los juveniles y categoría de menores.