EL GATO ENCERRADO

Por: Orison A. Pardo Matos

 

En un informe publicado por el grupo Propuesta Ciudadana integrado por varias instituciones -ONG- Titulado: Loreto Petróleo, se dice textualmente: «El 02 de Junio de 2011 se publicó la Ley 29693: Homologación del Canon y Sobrecanon por la explotación de petróleo y gas en los departamentos de Piura, Tumbes, Loreto, Ucayali y en la provincia de Puerto Inca (Huánuco). De esta manera estas cinco regiones recibirán el 50% del impuesto a la renta de las empresas que explotan petróleo y gas en dichas circunscripciones, así como de las empresas que prestan servicios complementarios o accesorios a esta actividad. Además se eleva el canon petrolero de 10% a 15% en las cinco regiones y el sobre canon a 3.75%  en las regiones de Piura, Tumbes, Loreto y Ucayali. Esta norma entra en vigencia a partir de Enero de 2012».

 

Qué significa esto? No creo equivocarme al afirmar que la ley en referencia modifica sustancialmente el concepto del Canon Petrolero que se logró mediante la Ley 23538 -fruto de mi gestión parlamentaria-     dicho sea de paso,  que modificaba y perfeccionaba el Decreto Ley 21678, dado en el gobierno de facto del General Francisco Morales Bermúdez. Las empresas petroleras estarán de pláceme con esta disposición dada en las postrimerías del gobierno del presidente Alan García;  digo esto porque el Canon petrolero ahora se dará por parte del Estado como distribución del impuesto a la renta que pagan las empresas petroleras, después del proceso productivo, no sobre el 10% ad-valorem de la producción del petróleo que sale de los pozos. Es decir, se está aplicando el concepto de Canon tal y como se hace con la minería.

 

La Ley 29693 encierra un tremendo gato que, con seguridad, birlará las rentas de Loreto, y las otras regiones aludidas, aun cuando se diga que se elevará del 10% al 15% y el sobrecanon de 2.5% a 3.75%.

 

Ahora bien, Loreto nunca ha tenido sobre canon, sólo contaron y cuentan con este recurso el departamento (región) de Ucayali y el departamento (región) Tumbes; en el caso del primero se le otorgó a raíz de su desmembramiento del departamento de Loreto; en el segundo caso al darse la Ley del Canon para Piura; en ambos casos fui gestor de las disposiciones legales para beneficiar a estas regiones del país. Es la verdad que nunca se hace referencia por mezquindad política.

 

Cuando el fujimorato dio el golpe de estado liquidó los gobiernos regionales elegidos; el banco agrario, el banco de la vivienda, las mutuales de vivienda, el banco hipotecario y otras entidades financieras corrieron igual suerte.

 

El gobierno fujimorista creó los CTAR nombrados a dedo y otorgó a éstos el 12% del recurso proveniente de la distribución del Canon Petrolero establecido en el Artículo 8º de la Ley 24300 (artículo de mi autoría). Ese porcentaje correspondía administrar al Banco Agrario para el otorgamiento de créditos a los pequeños productores agropecuarios por un monto no mayor a 12 UIT (Unidades Impositivas Tributarias) y con tasas de interés que no sobrepasaran del 50% de las que fijaba en ese entonces el Banco Central de Reserva.

Mediante el Artículo 2º de la Ley 26385 se autorizó al gobierno regional a construir obras de infraestructura y en tal sentido se gastó el dinero en obras que nada tenían que ver con el apoyo a los productores.

 

El 80% de la construcción de la carretera Iquitos – Nauta se financió con este recurso, obra que sirvió también para el lucro de muchos corruptos. Se malversó el dinero al amparo de una disposición legal dada, sin duda alguna, para justificarla.

 

Lo poco que se prestó para los fines de apoyo a los productores, no ha sido recuperado en más del 80%, es decir, se regaló el dinero, regalo sospechosamente coincidente con las campañas electorales de algunos candidatos a la presidencia regional  que buscaban ser reelectos.

 

Así no se construye el desarrollo de una región como la nuestra que merece ser gobernada con honestidad, con buenas inversiones y con visión de futuro. Hay que sembrar el Canon Petrolero para reproducirlo pensando por sobre todas las cosas en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones.