Dragas y drogas

Las veces que se han realizado operativos contra las dragas que operan especialmente en los ríos Nanay, Napo  y Putumayo con el objetivo de lavar oro, nunca se ha capturado a los propietarios de estas embarcaciones ilegales, salvo a uno que otro peón que nunca han dado luces sobre dónde encontrar a los verdaderos operadores, si peruanos o extranjeros.
Por otra parte, suspicaz en gran manera, cuando el operativo llega al objetivo no encuentra a nadie, por lo que se procede a destruir la draga, esa embarcación contaminadora del agua que mata la fauna acuática y mata al hombre a consecuencia de la ingesta de mercurio, un elemento químico altamente tóxico.
La explotación del oro, siempre ha traído traición y muerte. Basta ver la historia para darse cuenta de las consecuencias que tuvo esa época dorada del pasado  manchada de sangre. En la actualidad, los lavaderos de oro de Madre de Dios, han sido propiciadores de males sociales que han convertido a esta parte del país en una zona convulsionada, sin que el gobierno pueda poner mano dura y ordenar la explotación, sin que se produzcan manifestaciones y protestas.
En otro orden, la lucha contra el narcotráfico tampoco  tiene éxito, a pesar de los operativos conjuntos que  realizan delegaciones de tres países fronterizos. Todo ese esfuerzo termina con la destrucción de las pozas de maceración, pero nunca se captura a los dueños de la droga. Es más, cuando llega la acción no hay nadie, como si hubieran sido avisados de la operación.
Todo esto lleva a sospechar que en el aparato represor, hay una quinta columna que actúa como soplón, advirtiendo a las mafias de las futuras acciones, lo que hace imposible capturar a los cabecillas.
Tan igual sucede en los casi diarios operativos en las zonas rojas donde se expende pbc, caen los micro comercializadores en modalidad de menudeo, pero nunca los dueños de esa droga ¿No les parece que en todo esto hay gato encerrado?