Muchos aspectos se podrán abordar al celebrarse el Día Mundial del Medio Ambiente, cuya fecha central fue ayer lunes 05 de junio; como todos los años, se reflexiona por la situación que atravesamos en el planeta, nos damos ánimo y los representantes de los países económicamente poderosos si bien dicen estar de acuerdo, pero las industrias que desarrollan los contradicen.
Nadie quiere sacrificar, ni menos se ha hablado de esa posibilidad. Los discursos son de primera, los mandatos de muchos países también, y en el nuestro estamos en ese proceso de aprendizaje de valorar lo que tenemos como bendición, pero poco, muy poco es lo que se ha avanzado.
Y esto se ha notado en respuestas que ha venido dando la ministra del Ambiente, Elsa Patricia Galarza Contreras, que con mucho optimismo se refiere a que en nuestro país estamos en esa línea del cuidado del medio ambiente. De hecho será para asegurar un mejor mundo a nuestra descendencia.
Todo bien, pero si desde las políticas de Estado no se establecen mecanismos de control del cumplimiento de las normas ambientales, en realidad iremos decepcionándonos al paso de los meses. Aunque la decepción mayor ha venido en la figura de retirada de los Estados Unidos de la COP 22, y por ende del Acuerdo de París, para la defensa del planeta, es necesaria una recomposición y replanteamiento entre las cerca de 200 naciones que no han abandonado el proyecto.
Por eso decimos, que en plena mañana de trajinar, de idas y venidas, podemos afirmar que tenemos Días Oscuros y que para neutralizarlo necesitamos el aporte de todos en la lucha por salvar el medio ambiente de nuestro planeta llamado Tierra. No solo es un tema presupuestal, es también ganas de cambiar y hacer bien las cosas.
El mal ejemplo viene desde la figura presidencial de Donald Trump, quien al retirarse del Acuerdo de París en torno a las medidas de protección del medio ambiente, es por decir lo menos, lamentable.
Día oscuro
