Desconexión visible

A principios del presente año ya se escuchaban voces en cuanto a la disminución de la frecuencia de viajes a distintos lugares de la región Loreto y en otros casos se cancelan. La razón es simple, la baja en los presupuestos para la dotación de combustible, por ejemplo en las actividades aéreas de la base FAP Iquitos.
Al menos esa fue una explicación dada durante la visita de una comitiva del Ministerio de Transportes y Comunicaciones, que se quedó sin respuesta ante una situación que graficaba la desconexión interna en Loreto, no solamente hacia otros lugares del país, donde también existen grandes limitaciones.
O sea, estamos sufriendo de falta de conectividad interna y externamente en relación a nuestra región Loreto y el resto del país. Una muestra más de ello en el caso interno es la exigencia mediante una retención de enfermeros de Salud, en Yankuntich, para que se restablezca el puente aéreo desde Iquitos hacia aquel pueblo indígena que tras los casos de rabia silvestre no ha querido dejar pasar la oportunidad de exigir se cubran con ciertas necesidades y que antes eran impensables, no estaban en su agenda de demandas. Por lo menos, no lo tenían claro.
Y como una muestra de que la FAP no se abastece, ha entrado a tallar el ejército con sus helicópteros de guerra, en el marco de la acción social que como Fuerza Armada también le toca desarrollar. Son soluciones de momento que durarán unas semanas, unos meses, durante este año, en realidad no se puede precisar. Lo que sí nos parece importante es sincerar las posibilidades y así evitar falsas expectativas, por muy buena voluntad que haya.
Así se tenga las mejores intenciones, pensamos que se tiene que afrontar los problemas con cara a la realidad. Además que estas situaciones y muchas otras más tienen que ser evaluadas, analizadas y escuchadas las propuestas de soluciones a los problemas que tenemos, y es que debido al carácter tolerante y paciente que mostramos en Loreto, proporciona señales equivocadas, en el sentido de que podría ser siempre así. Eso no es cierto. La paciencia por acá también tiene un límite.
No solamente el problema de la conexión interna hacia los lugares más alejados puede hacer que la catarsis nos coja desprevenidos, es un conjunto de situaciones que vienen ocurriendo, pero, no se lo visibiliza correctamente como un problema, más sí como algo anecdótico, entre los que están miles de despidos a trabajadores empezando de las petroleras que han bajado bruscamente sus operaciones, los pequeños extractores forestales que están amenazados con la nueva ley, los miles de despedidos de las entidades públicas porque están sin recursos económicos (baja de canon petrolero y otros).
Hay una trocha de la aflicción que va germinando y de principio los gobernantes son los primeros llamados a lanzar la voz de alerta, seguido de las alternativas de solución. No debemos permitir que los problemas nos estallen en la cara y tomemos conciencia de una vez que hay un grueso poblacional víctima más que otros de la debacle económica que afecta a los más vulnerables que, por ahora, son los miles de despedidos.