El intenso calor de estos días, aparte de causar molestias en nuestro diario vivir, está trayendo como consecuencia algunos peligros que después se convierten en tragedias para muchos hogares especialmente de los alrededores.
A eso se suma el descuido de las personas que utilizan las muy nuestras cocinas, a las que denominamos tushpas, las que luego de haber sido utilizadas , no las apagan totalmente, las mismas que por a o b razones ocasionan los incendios en los asentamientos humanos y pueblos jóvenes.
Ante esto se debería educar a esa población para que tomen las medidas más adecuadas, a fin de no poner en riesgo sus hogares que han sido presa de las llamas en una eventualidad fatal.
Especialmente en estos días, hay que tener mucho cuidado en apagar bien las cocinas artesanales porque de ahí puede saltar una chispa y prender en las hojas de irapay que son los techos de las viviendas.
Nadie está libre de una desgracia que los deja sin hogar, sin la casa que los abrigue, dejándolos en una situación de precariedad, sin un sitio donde pasar sus días.
Estas situaciones traen muchos problemas, no solo a ellos mismos, sino a la colectividad y a las autoridades que tienen que distraer presupuestos para acondicionar a los damnificados que lo han perdido todo.
Vaya una especial invocación para que se lance una campaña de sensibilización y se minimicen los riesgos de más calamidades en el sector menos favorecido que son las clases populares.
