Atacar y frustrar

Tenemos que hacer modos en los distritos, provincias y regiones del país para avanzar lo más posible, mientras la mayoría del Congreso de la República, durante este período, hace de su labor una suerte de ataque a la actual gestión de gobierno presidencial, para frustrarlo, sin reparar que al fin de cuentas va en desmedro de todos los peruanos.
Frustrar al gobierno central (Ejecutivo) y que no tenga logros parece ser el objetivo. Aunque esto se veía venir desde que perdieron la presidencial y se anotaron la mayoría de parlamentarios para el Congreso. Así no tenemos un legislativo visionario del beneficio general a través de mecanismos normativos a su alcance.
Otros lo interpretan como un mero enfrentamiento entre el Legislativo (Congreso) y el Ejecutivo (Presidente de la República y Ministros). Pero, nos parece que debería haber lineamientos inviolables. Y pensamos que la mayor responsabilidad para que ello no ocurra, está en el Legislativo, que gran parte de sus esfuerzos va en buscar la fórmula que pueda liberar de la cárcel al expresidente de la República, Alberto Fujimori.
Existe un evidente resentimiento porque el presidente Kucysnki no ha cedido a la presión para aplicar el recurso de indulto humanitario, que además no corresponde su aplicación en delitos de lesa humanidad por los que purga condena el exmandatario.
Si bien el otorgamiento temporal de facultades legislativas al Ejecutivo parecía abrir camino a la paz por los intereses de los peruanos, en realidad fue dada después de una dura y casi imposible negociación, al final hubo acuerdos y cedieron. Pero, hasta ahí nomás y la sensación de frustración por esta desarticulación entre ambos poderes, se siente en el país.
Quisimos ser optimistas cuando se dieron los resultados de las elecciones generales, en pesar que la cordura, la prudencia, la visión de Estado, iba a dar lugar a un sacrificio de intereses de grupo y trabajar para lo que la mayoría de peruanos han elegido, para encaminar los objetivos nacionales que sentarán bases para el desarrollo del país.
La cruda realidad nos dice que del Parlamento poco, nada o casi nada se podrá esperar en este período, en ese sentido. Entonces no queda más que los diferentes niveles de gobierno local y regional hagan esfuerzos por valorar con lo que se puede trabajar. Lo que tenemos a la mano, usarlo bien. Dar muestras de transparencia. Y como ciudadanos entender que no podemos pedir más de lo posible, y al mismo tiempo exigir que lo proyectado salga bien hecho.