Alcoholismo y tabaquismo

Quienes andamos por bases 5 y 6, recordamos perfectamente el comportamiento que teníamos que llevar en la casa y en la calle, y portarse bien en la escuela y en el colegio.
Si bien es cierto que nuestros padres estaban al tanto de todos los movimientos de sus hijos dentro y fuera del hogar, los muchachos de ayer se las ingeniaban para salir de los esquemas y normas familiares, tomándose un trago o una cerveza o fumarse un cigarrillo a escondidas. Pero hay que tener en cuenta que eso lo hacían los jóvenes que andaban por los 19 o 20 años, menores de edad hasta ese entonces, pues la mayoría de edad se alcanzaba a los 21, lo que tampoco era garantía de que ya podía hacer lo que le daba la gana,  porque mientras se estaba bajo la protección de la casa paterna, había que respetar la palabra de papá, quien imponía sus reglas a punta de palizas y azotes, por lo que en el pasado no hubo el nivel delictivo que hoy muestra la  sociedad actual. Cuidado que el jefe de la familia se enterara de que uno de sus hijos había estado tomando licor y fumando cigarro, a ese le esperaba un buen escarmiento en casa.
Hoy, es común ver a jovencitos que no alcanzan los 18 años en discotecas, locales nocturnos en general, locales de baile,  bares y hasta en la propia calle libando licor y fumando cigarrillos y hasta cosas nocivas. La autoridad de los padres no existe, por eso cada miembro de la familia va por donde el viento le lleva. Hay un descuido total a los hijos.
Un reciente informe del Ministerio de Salud da a conocer que escolares desde escasos doce años de edad ya tienen el hábito del tabaquismo que al igual que el consumo de licor comienza en el frecuentar centros no apropiados para su edad y las malas compañías. En el expendio de bebidas alcohólicas y cigarrillos no hay una conciencia en los comerciantes de no vender estos productos a menores de edad, porque lo que hacen es un gran daño a la juventud. En este sentido, no hay una ley que sancione drásticamente a quien expenda estos géneros nocivos para la salud.
En nuestro medio es pan del día ver a grupos de amigos que no han alcanzado la mayoría de edad en estado de ebriedad, fomentado por los casi diarios bailes en los conocidos centros de diversión.
El alcoholismo y el tabaquismo se están apoderando de nuestra juventud y eso es un mal signo para nuestro futuro como colectividad, como sociedad que ha perdido sus valores.