ACCIÓN POPULAR

– El Perú tiene esperanza:

Por: Fernando Meléndez Zumaeta
Presidente del Consejo Regional de Plan
de Gobierno de Acción Popular de Loreto.

Mañana 07 de julio de 2015, el Partido Político Acción Popular cumple 59 años de luchas y trabajo constante por mejorar y elevar la calidad de vida de todos los peruanos, especialmente de los más pobres y apartados de la patria.

El Estado monopolizador de la coacción y de la fuerza pública y por ello responsable del orden, capaz de definir la identidad nacional o de proveer bienestar, por sí solo, ha perdido su rasgo más característico que era el control y el gobierno social. Mantiene, por cierto, su capacidad de decisión pero es, sobre todo, un mediador, en la disputa social y, desde luego, un promotor e inspirador de los grandes procesos sociales y políticos. La concepción misma del poder y de su ejercicio, han sufrido una honda transformación. Gobernar ya no es mandar o servir, es concertar. El voluntarismo político se enfrenta a medios de comunicación que pueden o no expresar legítimas aspiraciones o necesidades sociales pero cuya presencia influye, decisivamente, en el pensamiento y en los sentimientos del pueblo. Y así, gobernar entraña un esfuerzo permanente por legitimar decisiones, día por día, frente a una opinión pública, también omnipresente, que no se ve pero cuya voz, expresada en las encuestas, se escucha e influye, para bien o para mal, en el comportamiento de la sociedad.

En suma, se han producido cambios, impuestos por la revolución científica y tecnológica y de las comunicaciones y por la mundialización de la economía, es decir, por la globalización. Ese cambio, exige el rediseño de la política, del Estado y de la sociedad y, por ende, de los Partidos Políticos que han sido y seguirán siendo, instituciones fundamentales de la sociedad civil, sino también coprotagonistas del quehacer estatal, a través del ejercicio del poder. Este cambio, debe orientarse a unificar a la vez, tres dimensiones y fines sociales distintos: Primero: lograr y mantener la capacidad competitiva del Estado y de la sociedad, bajo las condiciones inestables y agresivas de la globalización; segundo: Hacerlo sin lesionar las bases de la cohesión y la solidaridad social y, tercero, lograrlo dentro de  las condiciones y con las instituciones democráticas, propias de una sociedad libre. Y así, competitividad, cohesión y libertad podrían ser los valores que es preciso conjugar para crear y articular una política capaz de sortear los retos que hoy vivimos.

LOS PARTIDOS POLITICOS DEBEN CAMBIAR: ACCION POPULAR ¿ESTA CAMBIANDO?.

Los Partidos tienen pues, que cambiar para enfrentar estos nuevos retos. Acción Popular puede y debe hacerlo. No se trata, por cierto de nuevas ideologías totalizadoras o de fundamentalismos excluyentes. La hora, por el contrario, requiere ideologías universales, humanistas, capaces de reconocer, respetar e integrar sociedades heterogéneas, complejas, disímiles, mestizas, racial y culturalmente. Capaces de aceptar y coexistir con diversos modelos y formas de producción y capaces de entender y promover la cooperación de todos sin la exclusión de nadie. Acción Popular que es un humanismo y que por ende no es intolerante ni excluyente, puede hacerlo. Acción Popular que predica y sostiene no solo el carácter mestizo de nuestra sociedad sino que explícitamente halló en el mestizaje de la economía, el instrumento del desarrollo nacional, tienen también el instrumento ideológico y político que los nuevos tiempos requieren. Basta una simple comprobación.

LA INTEGRACION SOCIAL. Acción Popular puede integrar la sociedad heterogénea y compleja en la que estamos viviendo. Puede hacerlo: a) Porque nosotros que hemos recogido, como doctrina, el legado ancestral del pasado histórico del Perú, que reconocemos, valoramos y exaltamos, el carácter plural de nuestra historia, y, por ende, todas las manifestaciones étnicas y culturales de nuestra patria, podemos construir esa identidad multinacional o multicultural que ahora se reclama, podemos hacerlo además, por que habiendo nacido y vivido, en la entraña misma del Perú profundo, entendemos y hacemos nuestras las banderas de genuina e integral reivindicación histórica y cultural que agitan los pueblos del interior de la patria. b) Porque Acción Popular que no fue ni es Partido clasista o excluyente y que proclamo la Cooperación Popular, es decir, la participación popular en la construcción del destino colectivo, puede y debe poner en ejecución esa política que hace del Estado, no el dueño del poder sino un conciliador y un catalizador de las aspiraciones colectivas, a través del dialogo y la concertación. Por eso mismo, también puede y debe ser un partido abierto a todas las aspiraciones que expresen el ama y el sentir nacionales y preparado, desde luego, para concertar esfuerzos con otras organizaciones, siempre que, de por medio, se halle el superior interés del país.

LA COMPETITIVIDAD. La sociedad post moderna es una sociedad esencialmente competitiva. Pueblos y hombres compiten y disputan ferozmente por hallar un lugar bajo el sol. Se han resentido así los sentimientos de solidaridad y todos aspiran a lograr las más altas ventajas por vía de la eficiencia. La revolución que vivimos, ha convertido, al conocimiento, en el recurso más importante del mundo de hoy relegando a los elementos materiales del capital o de la naturaleza a un segundo plano. Acción Popular, que proclamó y se empeñó en la transformación, en la expansión y en la revolución de la educación, no se equivocó. No equivoco el camino, cuando en 1963, Fernando Belaúnde Terry, señalara que la verdadera justicia social no consiste solo en la justa distribución del tener, sino y sobre todo, en una justa distribución del saber. Un pueblo sólo es competente y eficiente si es educado y si es educado e instruido es competitivo y, por ende, marcha por la senda del desarrollo y del progreso. Un pueblo, por lo tanto, sólo es democrático si ofrece a sus hijos igualdad de oportunidades para competir en la vida. Educación y educación de calidad para el pueblo, esto es para todos, es la única garantía de lograr competitividad. Pero no basta competitividad.

Las experiencias recientes han demostrado que el capitalismo de casino, lleva sus recursos solo donde son más rentables y únicamente, mientras lo son, desentendiéndose de la suerte de los trabajadores y de los países en los que invierten. Han creado así la inestabilidad y precariedad en los procesos de desarrollo. Y ese es otro de los factores que ha contribuido a que la globalización acentúe la pobreza en los países subdesarrollados. Acción Popular, no se equivocó cuando, sin desconocer la necesidad del aporte del capital o de la inversión externa, predicó la necesidad de promover el desarrollo, fundamentalmente desde dentro, Esto es, aprovechando responsable y sosteniblemente nuestros recursos naturales, sin atentar contra la vida y la salud de las comunidades en las zonas de influencia y, sobre todo, protegiendo y defendiendo al empresario nacional. El neoliberalismo que ha destruido la agricultura, la industria y la construcción nacionales jamás entendió lo que, ahora es una verdad, y una proclama de futuro: que el desarrollo y el crecimiento verdadero solo pueden y deben fundarse, en el desarrollo desde dentro, esto es, en la Conquista del Perú por los Peruanos (Nuestro Programa de Gobierno).

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