¿Campaña Política?

Así se le vienen llamando a los acometimientos escritos que de una y de la otra parte, ocupan las primeras planas  de la gran prensa que de una u otra manera se las ha ingeniado para sacar partido de la contienda electoral que decidirá quién será el nuevo presidente del país.

 

Calificada por la mayoría de analistas y especialistas en  la ciencia política como una campaña mediocre y corrupta, la tal campaña como que se les ha escapado a los puristas de la política, que ahora asisten asombrados a las manifestaciones escritas en términos escatológicos, por una prensa asentada en la capital y que se manifiesta  en abierta rebeldía al buen hablar y el bien escribir, soslayando asimismo todos los  principios que dicta  la   ética profesional.

 

Tal estado de cosas parece provenir de un sistemático proceso de eliminación del contendor a como de lugar; y ello parece ser aceptado por los propios candidatos que se han dado a la tarea de lanzar ofensas y agravios  que a plantear programas y propuestas favorables al país, No cabe la menor duda, estas elecciones pasarán a la historia como las más mediocres de la vida republicana del país.

 

Otros ingredientes deleznables vienen ocupando amplio espacio en el tránsito a la segunda vuelta y estos son precisamente los más empleados en la llamada «campaña polítia» que, como podemos apreciar, como que da la idea que se trata no de elegir a un  nuevo presidente, sino al ciudadano menos corrupto del país, señalando que el contenido de las prédicas contrarias entre sí permiten tal definición.

 

En todo este intríngulis, sin duda el periodismo responsable, el que aún hace periodismo, debería, previa autocrítica, optar por  un mea culpa, que señale su responsabilidad de no haber encontrado hasta el momento una fórmula que deje sentir su influencia para conducir el proceso eleccionario por los cauces de una verdadera democracia.

 

Hay que tener en cuenta que la ciudadanía quiere alternativas determinantes para mejorar su calidad de vida, pero para eso necesita de una prensa limpia y alejada de los intereses que ahora parecen predominar en lo que va de esta campaña que muchos llaman mediocre.